En el marco de la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, el obispo de Matehuala, Monseñor Margarito Salazar Cárdenas, presidió una emotiva misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción. Decenas de fieles, muchos de ellos enfrentando diversas complicaciones de salud, se dieron cita para participar en este acto de fe y esperanza.
Acompañado del Padre Gustavo Tapia, Monseñor Salazar elevó una oración por la salud y el bienestar de todos los presentes, haciéndola extensiva hacia quienes no pudieron asistir. Durante la celebración, los religiosos impartieron una especial bendición, tocando individualmente la frente de cada asistente como signo de consuelo y protección divina.
«Oremos por todos aquellos que sufren enfermedades graves, invalidez y quizás requieren tratamientos cuyos costos van más allá de sus posibilidades», expresó el obispo, haciendo un llamado a la solidaridad y a la confianza en Dios.
La elección del 11 de febrero para esta celebración no fue casualidad, ya que coincide con la festividad de la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos. Numerosos testimonios dan cuenta de los milagros atribuidos a esta devoción, lo que la convierte en un faro de esperanza para quienes luchan por su salud.