Decenas de padres de familia se la han visto difícil para sobrellevar la cuesta de septiembre desprendida de los gastos que deben realizar por el regreso a clases y la compra de útiles escolares, uniformes y una larga lista de productos que se han hecho obligatorios en el día a día para garantizar los cuidados y la seguridad en el contexto de la pandemia de coronavirus que, a la fecha, sigue siendo un tema de alta preocupación para la salud pública.
En el Altiplano Potosino, son muchos los padres de familia que coinciden en señalar las complicaciones que tuvieron que sortear en las últimas semanas, pues, como resultado de la crisis económica, la inflación que se ha venido agravando y otros factores que, en términos generales, crearon una cuesta similar a la de enero, pero con la diferencia que, en esta ocasión, no se pueden reducir costos ni dejar de comprar ciertos artículos porque todos son para que los hijos, estudiantes, puedan iniciar su nuevo ciclo escolar.
De acuerdo con un reciente informe del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), en 2022, el costo de los útiles escolares se incrementó hasta en un 20.4 por ciento, situación que se traduce en un gasto todavía mayor para las familias que, para este momento, no se han podido recuperar de los estragos desprendidos de la pandemia, los recortes laborales y demás. En otras palabras, el arranque del nuevo ciclo escolar resultó más caro que en años anteriores.
El reporte del IMCO precisó que, de los últimos tres años a la fecha, los libros de texto incrementaron su costo hasta en un 12.9 por ciento, al tiempo que los uniformes escolares también dispararon su precio y se venden hasta en un 14.5 por ciento más caros. Por su fuera poco, las colegiaturas, tanto en colegios particulares como en escuelas públicas donde se solicitan las famosas cuotas voluntarias, hubo un aumento del 9.1 por ciento.
Para los padres de familia, el inicio del nuevo ciclo escolar representó un gasto importante que, dadas las condiciones actuales, tomará varios meses superar. Distintas proyecciones advierten que esta situación podría no sólo mantenerse en hasta que acabe el año, sino que podría recrudecerse en 2023 si no se implementan las estrategias financieras adecuadas por parte de las autoridades competentes.