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Recuerdos de tiendas, farmacias y bares, con “Polito” Vélez

La tradición comercial de Matehuala, S. L. P. fue expuesta por el matehualense don Hipólito “Polito” Vélez Moreno, al recordar los nombres de tiendas, farmacias y bares, en un recorrido imaginario por el centro de la ciudad.

Del Matehuala del ayer, los comercios destacaron en una entrevista del locutor José Paz Villanueva Contreras, de la estación Oye 105.5 FM, dentro del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.

A sus 73 años, señaló don Hipólito que le tocó vivir en la ciudad de Matehuala, siendo una ciudad tranquila y muy romántica.

Contó que sus papás eran originarios de Villa de Guadalupe, S. L. P., pero llegaron a Matehuala con sus abuelos que pusieron una tienda y un billar por la calle 5 de Mayo, frente al Parque Álvaro Obregón.

Entre los comercios que recordó está “Comestibles 1, 2, 3”, que, según don Hipólito, fue la primera tienda de carnes frías en la ciudad, ubicada en lo que ahora es el Restaurant Domi.

En la esquina de enfrente estaba “La Azteca”, tienda de vinos, licores, tabaco y dulces, atendida por su propietario don Manuel Vázquez.

Por esa zona también estaba la tienda de don Blas Gómez Badillo, donde vendía discos, pinturas, dulces y artículos escolares; además fue el primer expendio de venta de billetes de lotería.

RECUERDOS DE HACE 60 AÑOS

Sus recuerdos datan de hace 60 años, en 1963, cuando él contaba con diez años de edad.

Donde actualmente se encuentra la tienda Elektra existía el Club Matehuala, con el Cinema Minverva que después se convirtió en Arena Minerva.

También por esa zona operaba el Billar y Club Citemsa para trabajadores de esa empresa, que luego se cambió a Cuauhtémoc y Méndez.

También se encontraba la Imprenta Matehuala, la cual imprimía los programas de las funciones del Cine Othón; además las oficinas y bodega de Fábricas El Carmen, de los refrescos Coca Cola.

En Morelos y Cuauhtémoc se encontraba otro negocio de carnes frías llamado “Los Globos”, de don Rafael Alcalá.

Recordó que por la calle Bustamante y sus alrededores había muchas cantinas, entre ellas: “Bar Don Pepe”, “Bar La Oficina”, “El Quijote”, “Las Joyas”, “El Volante”, “Copa Azul”, “Las Vegas”, “El Colorín”, “El Chaparro” y “Mis Amigos”, entre otras.

De las farmacias, mencionó los nombres de la “Francesa”, “Matehuala”, “Juárez”, “San José”, “Rex”, “San Martín”, “Guadalupe”, “Sagrado Corazón”, “México”, “San Francisco”, entre otras.

Entre los negocios de ropa, recordó “El Monte Líbano”, de los hermanos Jeppo, Víctor y Enrique Mahbub Matta; “El Gallo” y “Chalita”, de Miguel Chalita Siade, que alrededor de 1960 se encontraba en Hidalgo y Julián de los Reyes.

Polito inició su educación primaria en un colegio privado y en el Colegio Benito Juárez; con la maestra María L. Castillo cursó el segundo año y luego estuvo en la escuela José Rosas Moreno.

Recordó que en el sexto grado fue alumno del Profr. Pascual Gallegos Montalvo, llamado “Champion”, de quien tiene grandes conceptos como educador.

TRADICIÓN COMERCIAL

A los 15 años entró a trabajar en la tienda de ropa “El Nuevo Surtidor” de don Jacobo Cheja, en la esquina de Julián de los Reyes e Hidalgo, donde actualmente hay un banco.

La tienda vendía ropa, telas, calzado y sombreros, entre otros productos. En ese entonces cerraban las tiendas los domingos y el lunes a él le tocaba ir a cobrar los abonos de los clientes que pedían a crédito los productos.

Para cobrar recorría la ciudad en bicicleta, que entonces debían de portar placa, de lo contrario eran infraccionados por el agente de tránsito apodado “Cagancho”.

También había una cárcel para burros, pues al soltarse de las riendas de sus dueños iban a destruir los jardines que existían, por lo que eran remitidos como “presos” hasta que sus propietarios pagaran la multa para ser liberados.

Polito recordó que la policía usaba una patrulla que le llamaban “julia” para remitir a la cárcel a los presos, para transportar cadáveres y para llevar los desayunos escolares instaurados por el INPI (Instituto Nacional de Protección a la Infancia), entonces encabezado por doña Eva Sámano, esposa del Presidente de la República Adolfo López Mateos, en el sexenio 1958-1964.

Entre sus múltiples actividades que ha desarrollado, Polito fue socorrista de la Cruz Roja y socio de la Sociedad Mutualista “Unión, Paz y Trabajo”, y lo comprobó al mostrar una credencial con su foto al frente del documento.

Entre algunas anécdotas que contó está la de que conoció a don Santiago J. Vivanco, gran aficionado taurino, quien una vez contrató al torero Lorenzo Garza y a los rejoneadores, también regiomontanos, Felipe y Evaristo Zambrano; al terminar la faena se anunció que con el mismo boleto podían presenciar la misma corrida la siguiente semana.

La entrevista estuvo llena de anécdotas y recuerdos del Matehuala del ayer en un esfuerzo más del locutor José Paz Villanueva Contreras en sus recorridos por las calles de la ciudad.