El trabajo de un regidor consiste en tomar y votar decisiones de proyectos de beneficio para el municipio al que representa, para esto es necesario estar presente en las llamadas sesiones de Cabildo, es ahí donde este grupo aprueba o niega propuestas del Ayuntamiento.
No asistir a una Sesión es simple y sencillamente no trabajar, no dar la importancia a lo que pueda beneficiar o perjudicar a Matehuala, esto equivale a un: hagan lo que les de su gana y lo que voten me da igual. Al final las ausencias equivalen a respaldar lo que diga la mayoría.
De esta manera un regidor puede faltar a una sesión sin que exista un castigo por la omisión del qué pasará con el futuro de Matehuala, esto es abandonar a un pueblo necesitado de proyectos que den al municipio una cara de trabajo y no de falsedad.
Dicen que el buen juez por su casa empieza pero, políticamente, Matehuala tiene una casa destrozada; apenas ha transcurrido medio año de gobierno y la seriedad está en un bote de basura.
Los regidores que han traicionado a los matehualenses con sus ausencias en el Cabildo dan mucho de que hablar: falta de interés, acuerdos para no estar en la sesión y respaldar lo que se diga, negociaciones de beneficio personal. Muchas son las razones
¿Y qué pasa cuando se enteran de las decisiones y no son de su agrado? ¿Cómo protestar lo que con su inasistencia avalaron? la respuesta no necesita pensarse mucho, no hay ganas de aportar, a seis meses de gobierno tiran la toalla y se rinden ante el alcalde por unos cuantos beneficios personales, dicen los que saben, que todos podrían ser vecinos en Rancho Nuevo.
En una sesión que no tiene validez, porque no había la cantidad de regidores necesaria para votar sobre el proyecto del panteón, se levantaron siete manos, la del alcalde aunque quería no podía por ser propietario de esos terrenos de Rancho Nuevo y siete honorables servidores no se presentaron, traducido a matemáticas es lo mismo que de 15 integrantes del cabildo 7 se presentaron y votaron a favor, mientras que 8 estuvieron ausentes, por lo que al no haber mayoría, ¡No es válida!
¿Esto lo saben en el Ayuntamiento? Claro que sí, pero, las quince bocas han callado, todos dieron por buena la sesión, ávidos de recibir lo prometido por el alcalde. Los regidores vecinos del Fraccionamiento Campestre Las Américas ya le tienen una alfombra roja al presidente.