Las calles del Altiplano vuelven a exhalar el ambiente de la Navidad, el olor característico de los adornos para el pino y el nacimiento deambulan por los mercados y sus alrededores; llegan los paisanos y este regreso, dejará variadas experiencias.
Decenas de familias vuelven a sonreír, es la Navidad, es el momento de volver a reunirse con familiares, de recordar gratos y desagradables episodios que dejó el paso de un extraño virus que marcó a todo el mundo.
Este año parece ser la oportunidad de volver dar abrazos, de ver a quienes estuvieron lejos por dos años, convertir las ausencias en un momento de felicidad, porque la vida sigue y es preciso demostrar amor a quienes ahora estarán cerca.
Llegó la oportunidad de regresar a su tierra y reencontrarse con familia y amigos, sin duda, habrá sentimientos encontrados pero que demuestran grandes enseñanzas que quedaron arraigadas en cada persona.
Aunque siempre da felicidad volver a la tierra que les vio nacer, este diciembre 2022 dejará escritas muchas historias de reencuentro, algunos volverán y encontrarán una familia incompleta, sin un ser que fue arrebatado por el virus mundial.
Otros tantos tendrán la fortuna de ver a todos su seres queridos y la historia será de felicidad y de sonrisas que guardarán con gran cariño y sensibilidad dignas de agradecer por una oportunidad más de estar con quienes representan una parte de su vida.
Así son las marcas de la combinación de la vida de los paisanos y el virus que dejó s e c u e las en algunos hogares m i e n tras el r i e s g o , la lejanía y los cierres de f ronteras fueron la barrera para estar en su lugar de origen por más de dos años.