Con la llegada de las fiestas de fin de año, los comercios de varios municipios del Altiplano se preparan para una de las temporadas más ajetreadas del año. Las vitrinas se engalanan, los inventarios se surten y los empleados se alistan para jornadas laborales extenuantes. Sin embargo, detrás de la euforia, se esconde otra realidad, se trata de la falta de reconocimiento económico a este esfuerzo extra de los trabajadores, especialmente en algunos locales de ventas menores.
Mientras los negocios experimentan un notable incremento en sus ingresos, los trabajadores, especialmente en pequeños comercios, continúan percibiendo los mismos salarios. A pesar de las largas horas de trabajo, la atención personalizada a los clientes y la presión por cumplir con las metas de venta, sus remuneraciones no reflejan la carga laboral adicional.
Esta situación genera descontento y desgaste físico y emocional. Algunos trabajadores de Matehuala, que han acumulado antigüedad, expresaron malas experiencias en la época de los últimos dos meses del año. El trabajo se acumula al preparar el almacén, adecuar el negocio y tener todo listo para una buena experiencia de los clientes. Señalaron que las jornadas se vuelven intensas y en algunos casos, solo reciben un poco más de comisión por las ventas totales.
En algunos comercios no tienen beneficios como el aguinaldo, tiempo extra o bonos especiales, simplemente ven el aumento de las ventas, pero tristemente, comentan que lo que perciben no es el reflejo del incremento de trabajo. En época decembrina los gastos se acumulan y lo poco que perciben por trabajo extraordinario se esfuma rápidamente.
La problemática no es nueva, sin embargo, pocos patrones se apegan a la Ley Federal del Trabajo y no garantizan una remuneración justa.