Región AltiplanoSlider

La tuna, tesoro del Altiplano que endulza nuestros días

Por: Luis Loera

En esta época del año, el altiplano potosino se convierte en un verdadero festín para el sentido del gusto. La tuna, esa joya natural que nace de los nopales, alcanza su máximo esplendor entre los meses de julio y septiembre, tiñendo los campos de vibrantes colores rojos, amarillos y verdes.

Sin embargo, la temporada de este delicioso fruto se extiende desde abril hasta noviembre, ofreciendo la oportunidad de disfrutar de su sabor único durante varios meses.

La tuna, además de ser un manjar que deleita el paladar, es un producto con una gran tradición en la región. Su cosecha representa una actividad económica importante para muchas familias, quienes se dedican a recolectarla y comercializarla, ya sea fresca o transformada en diversos productos como el queso de tuna y el colonche.

La tuna es mucho más que una simple fruta. Es un símbolo de la riqueza natural del altiplano potosino y un ingrediente fundamental en la gastronomía local. 

Este producto es comercializado en puestos callejeros o en supermercados. Paisanos que visitan el Altiplano llevan hasta los Estados Unidos el sabor de la tuna. En el país vecino son repartidas a los extranjeros que degustan y deleitan su paladar.

Extraer la pulpa de una tuna es toda una experiencia. Con cuidado de no tocar las pequeñas espinas, se debe partir la fruta por la mitad, revelando su interior carnoso y repleto de pequeñas semillas. Separar la pulpa de la cáscara y las semillas requiere de paciencia y delicadeza, casi como un ritual. Cada bocado es una explosión de sabores y texturas, una verdadera recompensa al esfuerzo de la cosecha

Botón volver arriba