Durante el despojo y desalojo del cuál fue víctima don Efraín García el 7 de octubre de 2022, se pudo ver aparentemente tranquilo al señor de 94 años, quien veía con tristeza como eran sacadas todas sus pertenencias a la calle, entre las que se veía las plantas que le gustaban a su finada esposa y que cuidaba su hija.
Mientras que don Efraín desayunaba en ese viernes lluvioso y frío, llegaron golpeando la puerta fuertemente algo que sorprendió al señor y su hija quien le acompañaba desayunado, al escuchar la urgencia del toquido se levanta su hija y al momento de abrir le empujan la puerta varios hombres, que entran sin pedir permiso y ya dentro de la vivienda le dicen que lo llame por que tienen algo que decirle, con ayuda lo acercan, ahí le entregan las supuestas hojas donde le notifican que sería desalojado, don Efraín no entendía que pasaba hasta que iniciaron sacando algunas de sus pertenencias a la calle.
En ese momento la hija de don Efraín les notifica a sus hijas que estaban sacando las cosas a la calle, llorando e impotentes por el tan miserable acto comenzaron a reunir sus pertenencias en bolsas, cajas y las pocas maletas que tenían a la mano.
Ya con electrodomésticos en la calle, ropa, muebles no podía creer lo que me habían dicho, que su propio hijo a quien toda la vida había ayudado, ahora lo echaba a la calle para quedarse con la casa que con tanto trabajo y sacrificio habían logrado construir.
Sin embargo y a pesar de la tragedia que estaban viviendo, tuvieron que agarrar fuerzas para seguir sacando todas las pertenecías, cuando ya casi terminaban salió el señor de 94 años con dificultad para caminar, apoyándose de su nieta y su hija, en la declaración que dio el señor muy consciente, por cierto, de lo que pasaba, dijo que tres de sus hijos se habían puesto de acuerdo para quitarle todos sus bienes.
Lo que le reconfortaba un poco a la familia, era el apoyo de algunos familiares y de El Tiempo del Altiplano ya que cuando comenzó a llevar la noticia, los vecinos comenzaron a darle apoyo, permitiendo que camas y otros muebles se quedaran en sus viviendas.
En una visita posterior a lo ocurrido, me senté a escuchar la plática de don Efraín, contó llorando como tuvo que vender un tajo de caballos para poder comprar ese terreno, esta vez no tan tranquilo, sino un poco alterado comentó que le había dado a guardar varias carpetas con escrituras, entre ellas las de su amado rancho y las cuales su hija la que se confabulo con los otros dos no quería devolvérselas. Llorando y alterado decía que porque querían dejarlo en la calle si cuando él era productivo a Efraín hijo hasta dinero le daban para que hiciera su casa.
Lo abracé y le dije que todo iba pasar, que se trabajaba para lograr que le devolvieran su casa, me dijo que era donde había sido feliz con su esposa y familia, me partía el corazón y trataba de buscar otra platica para que se calmara y le preguntaba de los animales que tenía en el racho, ya que veía como le brillaban los ojos cuando habla de eso, pero regresaba a la misma plática y comenzaba a llorar, ya como pude cambié de charla y me despedí con mi corazón apachurrado al ver la tristeza que embargaba su alma.
Es cuando te preguntas como es que ese mal hijo ha tenido las malas entrañas de echar a su padre en la última etapa de su vida, si se supone que los hijos tenemos que cuidar, amar y respaldar a los padres. Todavía tuvo la osadía de presenciar como lo hacían, y supervisar el desalojo a varios metros, eso sí, dentro de una camioneta para no exponerse a la lluvia y al desprecio de los vecinos.
Es algo contradictorio cuando el presidente de la república Andrés Manuel López Obrador divulga que su partido protege a las personas de la tercera edad, este señor que también milita en Morena echa a su padre sin piedad a la calle, haciendo todo lo contrario que se supone que deberían hacer.