La grave crisis de violencia, inseguridad e ingobernabilidad que se ha presentado en el municipio de Matehuala ha comenzado a afectar de manera significativa a toda la región del Altiplano Potosino pues, ahora, turistas, transportistas y población en general, prefieren ni siquiera acercarse a municipios vecinos por miedo a ser víctimas de los grupos delictivos que reinan en este espacio y que no han sido contrarrestados por las autoridades competentes.
Tras el lamentable incidente ocurrido en plena Semana Santa donde se dio el secuestro y posterior rescate de decenas de migrantes centroamericanos en Matehuala, vía redes sociales y por todos los medios que tienen a su alcance, ciudadanos se alertan unos a otros sobre el riesgo que existe en la región y se recomiendan evitar visitarla en tanto las autoridades municipales no garanticen condiciones de seguridad y bienestar para la población.
El problema, sin embargo, no se ha quedado en dimensiones locales, sino que ha crecido al grado de afectar, por ejemplo, la comercialización del jitomate y el nopal que se produce en Villa de Arista. En este caso, los transportistas han tenido que implementar diversas medidas para evitar ser víctimas de los delincuentes y, en algunos casos, se supo de alza en los precios de traslado por el riesgo al que se exponían.
Una situación similar se dio con agencias de viajes que, tras lo ocurrido en Matehuala, registraron la cancelación de varios compromisos que se tenían para visitar Real de Catorce durante la Semana de Pascua. Según explican, los clientes reconocieron que era un municipio diferente, pero reiteraron que, por la cercanía y dado que tendrían que pasar por Matehuala, preferían evitar el riesgo y optaron por cancelar el viaje.
De igual manera, en vísperas del regreso a clases, este fin de semana también se estuvieron emitiendo recomendaciones a grupos de docentes para que tomaran las precauciones pertinentes dado el peligro que prevalece y la sensación de inseguridad que tiene como epicentro Matehuala, pero que se ha extendido en todo el Altiplano Potosino. Se cree que tardará varios meses en regularizarse la situación antes de que locales y foráneos puedan recuperar la tranquilidad.