La leyenda de Bloody Mary es una de las más conocidas en el mundo. Según la creencia popular, al repetir su nombre frente a un espejo a la luz de una vela, puede aparecer un fantasma cuya presencia puede ser benévola o, en el peor de los casos, mortal. Se dice que la aparición puede atacar al oficiante con un objeto cortante.
Esta historia ha sido vinculada con María I de Inglaterra, también conocida como María Tudor, quien se ganó el apodo de Bloody Mary tras ordenar la ejecución de casi 300 protestantes en la hoguera durante las Persecuciones Marianas.
Desde el ámbito psicológico, el investigador Giovanni Caputo descubrió que mirarse fijamente en un espejo en una habitación con poca luz puede generar la percepción de rostros extraños, una ilusión óptica que podría explicar algunos de los efectos aterradores asociados con esta leyenda.
A pesar de su antigüedad, el mito de Bloody Mary sigue vigente, alimentando el misterio en torno a los espejos y las sombras de la mente humana.
