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¿Por qué Red Bull acabó con rumores y se quedó con Checo Pérez?

Cuando la presión de la prensa internacional estaba desbordada, pedía a gritos que Red Bull diera de baja al piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez durante el receso de Verano de la F1, el director del equipo, Christian Horner acabó de tajo con las especulaciones y confirmó al tapatío para hacer frente a la segunda parte de la temporada 2024. Pero, por qué se dio ese respaldo, por qué tardó tanto en hacerlo patente y cómo se dio esto.

Para empezar, Red Bull dejó crecer la rumorología desde el momento en que decidieron no aceptar públicamente que la evolución del monoplaza RB20 se ha ido en picada después del primer cuarto de la temporada.

El talento de Max Verstappen y la fortaleza de su equipo técnico, encabezado por Gianpiero Lambiase enmascararon lo que en el lado de Checo Pérez se somatizaba dramáticamente: el RB20, de por sí un auto complejo, perdía terreno con McLaren, Ferrari y Mercedes.

Las actualizaciones le caían al monoplaza de Red Bull como un sushi de la semana pasada, lo enfermaban, pero era más sencillo concentrarse en los fallos de Pérez, que eran dramáticos, variados y recurrentes.

Luego de una racha de ocho carreras sin obtener resultados por arriba del séptimo sitio se rumoraba que una vez terminado el Gran Premio de Bélgica, la cúpula de Red Bull se reuniría, por pedido de Helmut Marko, para definir el futuro de Checo Pérez.

Lo que pasó fue que Christian Horner ser reunió en la fábrica de Milton Keynes, como hace todos los lunes después de una carrera, con todos los empleados que quieran y puedan en una charla o ‘town hall’ donde se plantean dudas, se habla de los problemas presentados en el fin de semana y se tiene una retroalimentación directa e inmediata con el Team Principal.

Como todos esos lunes, un empleado preguntó lo que flotaba en el ambiente y que se leía en todos los textos de la prensa británica: ¿Seguirá Checo Pérez en Red Bull después del receso veraniego de tres semanas?

La pregunta respondía a los comentarios hechos por expertos de F1TV que aseguraban que Checo Pérez estaba a nada de ser bajado del asiento de Red Bull y que incluso el día de filmación de Racing Bulls con el auto AlphaTauri de 2022, serviría para dilucidar quién debería tomar la butaca del mexicano, con Daniel Ricciardo y Liam Lawson como postores en pugna por el premio.

También en redes sociales circuló un video tomado por la televisión española, donde los jefes de RB y Red Bull, Laurent Mekkies y Christian Horner, charlaban con Ricciardo tras el GP de Spa-Francorchamps. La lectura, porque hoy todo mundo se cree lector de actitudes y lenguaje corporal, de los españoles es que Daniel había sido notificado, en ese momento, que sería el reemplazo de Checo Pérez.

Ante tal andanada de sinrazón, la pregunta de oportuno empleado no estaba fuera de lugar, como tampoco lo estuvo la respuesta de Horner, que testigos del hecho proporcionaron a El Tiempo del Altiplano y a otros medios:

“Checo sigue siendo un piloto de Red Bull Racing a pesar de las recientes especulaciones y esperamos verlo actuar en pistas en las que anteriormente se destacó después de las vacaciones de verano”, y dicho lo anterior dio el banderazo para el famoso ‘parón’ donde la gran mayoría de los empleados de la fábrica tienen prohibido trabajar en todo lo relacionado con la competencia, de hecho, se rompen filas y todo mundo sale descansar.

La declaración de Christian Horner obedece a tres cosas, básicamente.

Primero, Red Bull no quiere deshacerse de Checo Pérez, si quisiera hacerlo ya tendría tiempo que lo habrían hecho. Y esto no tiene nada que ver con los patrocinios que acompañan al volante de Guadalajara, porque su impacto en el presupuesto del equipo no es tal como para definir quién es el piloto, eso se decide, exclusivamente en la parte deportiva.

No hay contrato del que no se pueda salir, con sus costos y consecuencias, pero si un equipo de F1 quiere cortar con un piloto encuentra la manera de hacerlo.

Segundo, existe, tarde, pero ya, un reconocimiento que la crisis de resultados del auto 11 no es responsabilidad única de Checo Pérez. Está claro que el equipo se ha volcado con todos sus mejores elementos y actualizaciones al lado de Verstappen, lo cual es perfectamente normal, ya que es su apuesta y realidad en la lucha y consecución del Campeonato de Pilotos, pero es muy evidente que el lado del garage del mexicano sufre un rezago y abandono que ha sido más notorio con el crecimiento de las otras escuderías, que fácilmente aprovechan el hueco que deja Red Bull en la diferencia entre sus pilotos.

La rama de ingeniería de Red Bull, afectada por la salida de Adrian Newey, ha dejado solo a Hugh Bird en la puesta a punto de un auto que tiene nula injerencia en la evolución y actualización del RB20 y se deja de lado darle a Pérez un auto que se acople más a su estilo.

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