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Vivir con devoción la pasión y muerte de Jesucristo: Padre Antonio Ruiz

Con un llamado a vivir con devoción la Semana Santa en los diferentes actos religiosos en torno a la pasión y muerte de Jesucristo, el Pbro. Antonio Ruiz Domínguez habló también sobre su misión sacerdotal de 44 años. En días previos a la Semana Santa, el sacerdote contó su trayectoria en las diferentes parroquias donde ha estado en una entrevista reciente del locutor José Paz Villanueva Contreras, de la estación Oye 105.5 FM, dentro del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.

En los últimos siete años, el padre ha ejercido el sacerdocio en la Parroquia San Francisco de Asís, en la Colonia el Olivar de las Ánimas, en Matehuala, S. L. P. El padre nació el 27 de enero de 1951 en el rancho San Tadeo, municipio de Salinas, S. L. P., por lo que tiene 73 años cumplidos. Sus padres fueron Fructuoso Ruiz y Angela Domínguez, quienes procrearon once hijos, nueve hombres y dos mujeres; el padre Antonio es de los hijos de enmedio.

Estudió cinco grados de la educación primaria en el Colegio Fray Pedro de Gante, en Salinas, S. L. P., y el sexto grado en el Seminario de San Luis Potosí. Cuando estudiaba la primaria fue invitado por padres de la Pastoral Vocacional a un curso introductorio, de ocho días, en el Seminario Menor; recuerda la fecha, el 5 de febrero de 1965. Don Antonio proviene de una fa- milia muy católica, tanto su abuelita como mamá, quien murió de Alzheimer, pero nunca olvidó rezar el rosario, tanto la hora (5 p.m.) y el lugar.

Recordó que algunos seminaristas llegaban a su casa cuando iban a Salinas o a Villa de Ramos, por lo que de alguna forma tuvo desde su corta edad contacto con los futuros sacerdotes. Después de terminar la primera en el Seminario, allí mismo hizo su educación secundaria, pero la educación preparatoria la hizo en la escuela Manuel J. Othón, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

NECESIDADES DE LOS FELIGRESES
Prosiguió sus estudios en el Seminario Mayor, donde dijo que estudió filosofía dos años y teología, cuatro años, con trabajo pastoral en comunidades, durante Semana Santa y a misiones en julio. Siendo seminarista, conoció Pozas de Santa Ana, Noria del Conde, Palo Blanco y La Masita, donde se pudo dar cuenta las necesidades de sus pobladores, pues carecían de energía eléctrica, agua potable y servicio médico.

Eran poblados muy incomunicados, pues había caminos de tierra que en ocasiones eran intransitables; el sacerdote recordó cómo los vehículos se quedaban varados por el polvo, lo que normalmente se ve con el lodo. Los habitantes de las comunidades les pedían ayuda a los seminaristas y a los sacerdotes; mencionó al padre Roger Méndez, quien, por su intercesión, les proveía agua la CONAZA (Comisión Nacional de Zonas Áridas).

Recordó a los sacerdotes Toño García y Sotero Álvarez, en Pozas de Santa Ana, con quienes se integró durante un año, al salir del Seminario, en su misión pastoral. Comentó que también estuvo en La Tapona, municipio de Villa Hidalgo, donde experimentó que sus habitantes tenían la necesidad de Dios y también cubrir necesidades materiales, pues a pesar de que trabajaban mucho en el tallado de la lechuguilla tenían muchas carencias.

Dijo que actualmente las condiciones han mejorado, pues ya no tallan la lechuguilla, se han hecho algunos caminos y se ha incrementado la recepción de remesas de los Estados Unidos. Algunas de las motivaciones que lo alentaron a ser sacerdote es que él veía a los seminaristas y a los padres, con un semblante muy alegre e irradiaban mucho optimismo, no tenían caras “de limón agrio”.

Dentro de su preparación sacerdotal, recordó que inició el diaconado el 4 de mayo de1 978 y su ordenación fue el 16 de junio de 1979. Señaló que para su ordenación se juntaron él, junto con Silverio Contreras y Joel Salinas, y le pidieron al entonces Obispo de San Luis, Ezequiel Perea Sánchez que su misa de ordenación fuera en Salinas; su cantamisa fue al día siguiente, el 17 de junio de 1979.

ANDAR EN SU MISIÓN SACERDOTAL

Luego de su ordenación sacerdotal, fue asignado a diferentes parroquias potosinas. En Ciudad Fernández estuvo un año y después en San José Albuquerque, municipio de Santa María del Río, allí duró cuatro años. Para llegar a esta comunidad era en mula o a caballo. Luego estuvo en Villa de Zaragoza durante siete años y después fue su arribo a Matehuala, a donde llegó el 3 de septiembre de 1993, en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, en la Colonia República; allí estuvo hasta el año 2000.Entre el 2001 y el 2002 trabajó con los seminaristas de la Diócesis de Matehuala y la organización de los retiros que hacen los sacerdotes cada mes.

Desempeñó diversos cargos, como el de Canciller, de la Díócesis de Matehuala, con el primer Obispo Rodrigo Aguilar Martínez. Adicionalmente, estuvo encargado de la Parroquia del Sagrario, de 1993 al 2016, que en este caso fue en la Parroquia del Santo Niño. Se denomina parroquia del Sagrario a la parroquia respectiva donde tiene su sede física la catedral de cualquier diócesis o arquidiócesis.

Informó el padre Antonio que a los 75 años, los curas pueden, de acuerdo al Derecho Canónico, renunciar a su cargo, pero no al sacerdocio. Invitó a los feligreses católicos de la Diócesis de Matehuala, que abarca 12 municipios y 17 parroquias, a vivir con devoción los diferentes actos religiosos de la Semana Santa.

Después del periodo de Cuaresma que inició con el Miércoles de Ceniza, después el Viernes de Dolores y el Domingo de Ramos, se inicia en sí la Semana Santa. Los días principales que son el jueves y el viernes santos, exhortó a vivirlos con tranquilidad, con recogimiento y luego de celebrar la pasión y muerte de Jesucristo, conmemorar su resurrección.

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