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[VIDEO] Tiempo de Cine: Destino Final “Lazos de sangre”

Por Hares Barragán

Tras más de una década de silencio, la franquicia Destino Final regresa con su sexta entrega, titulada Lazos de Sangre, prometiendo revitalizar una saga que marcó a toda una generación con su propuesta singular: la muerte como una fuerza invisible, omnipresente e inevitable. Dirigida por Zach Lipovsky y Adam B. Stein, esta nueva entrega intenta actualizar la fórmula con una narrativa ligeramente más compleja, nuevas tecnologías de efectos especiales y un elenco renovado, pero al final, se queda a medio camino entre el homenaje y la repetición.

Desde Destino Final (2000), la saga se ha mantenido fiel a una estructura narrativa casi inmutable: una premonición salva a un grupo de personas de una tragedia masiva; la muerte, «engañada», empieza a cobrarse a los sobrevivientes uno a uno con accidentes aparentemente aleatorios pero meticulosamente coreografiados. En Lazos de Sangre, el escenario inicial es un colapso de rascacielos, secuencia que destaca por su espectacularidad visual, pero que en el fondo se siente como una versión reciclada de otras catástrofes previas en la saga.

La fidelidad a esta estructura es a la vez su mayor fortaleza y su mayor debilidad. Funciona para los fanáticos que buscan exactamente eso: tensión, caos y muertes ingeniosas. Pero para un público más amplio o contemporáneo, se siente obsoleta. La película no se arriesga ni ofrece nada que no hayamos visto antes. Incluso las muertes, marca distintiva de la franquicia, ya no sorprenden: son elaboradas, sí, pero mecánicas y hasta previsibles.

Hay, eso sí, momentos interesantes. Algunas muertes están diseñadas con una precisión que roza el sadismo, y hay una secuencia con maquinaria de construcción que recuerda los mejores momentos de Destino Final 2. Sin embargo, entre cada escena impactante hay largos momentos de diálogo, actuaciones planas y decisiones narrativas inconsistentes.

Para los fans de toda la vida, puede ser un reencuentro simpático con la saga. Para el resto, es una oportunidad desaprovechada de renovar una franquicia que alguna vez fue brillante en su simplicidad. La muerte sigue siendo la gran protagonista, pero esta vez, su sombra no da tanto miedo como antes.