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[VIDEO] Tiempo de Cine: Mickey 17

El director surcoreano Bong Joon-ho regresa al cine con «Mickey 17», una película de ciencia ficción que, como sus mejores obras, no solo deslumbra con su propuesta visual, sino que también ofrece una sátira inteligente sobre diversas problemáticas actuales. Esta cinta, protagonizada por Robert Pattinson, es una experiencia cinematográfica que no solo impacta a nivel técnico y narrativo, sino que también deja una profunda reflexión en el espectador.

La película explora temas delicados como la tiranía, la explotación laboral y la insensibilidad hacia la muerte, pero lo hace de una manera muy particular: combinando crudeza con humor negro. Este equilibrio le permite a Bong Joon-ho construir una historia con múltiples capas, en la que lo absurdo se convierte en una realidad inquietantemente. La premisa en sí misma es fascinante: un empleado cuya única función es morir y ser reemplazado por un clon, lo que plantea preguntas sobre la deshumanización del individuo en sistemas que buscan maximizar la productividad a cualquier costo.

Uno de los grandes aciertos de la película es la elección de Robert Pattinson como protagonista. El actor continúa demostrando su enorme versatilidad, consolidándose como uno de los intérpretes más interesantes de su generación. En «Mickey 17», Pattinson logra capturar la extraña mezcla de resignación, ironía y desesperación que define a su personaje, aportando matices que enriquecen la historia. Su actuación es tan convincente que parece inevitable que, tarde o temprano, termine recibiendo un Premio Oscar, reconocimiento que su carrera claramente merece.

Además del aspecto actoral, la película funciona como un reflejo distorsionado de la realidad. No es casualidad que el antagonista de la historia esté inspirado en líderes surcoreanos, una decisión que refuerza el tono de crítica social que caracteriza a la filmografía de Bong Joon-ho. Al igual que en «Parásitos», el director no se limita a contar una historia de ciencia ficción, sino que utiliza el género para exponer problemáticas reales, exagerándolas lo suficiente como para que resulten grotescas, pero sin perder su conexión con el mundo actual.

Después de entregar una obra maestra como «Parásitos», Bong Joon-ho no se conforma con repetir fórmulas exitosas. En lugar de buscar lugares seguros, se sumerge en un cine satírico y arriesgado, repleto de imaginación y de paralelismos con la sociedad. La idea de clones reemplazables que sirven a la humanidad sin importar su destino es un concepto que fácilmente podría haber sido tratado de manera convencional, pero el director prefiere jugar con lo absurdo, llevándolo al extremo para subrayar la ironía detrás de la historia. En este sentido, la película desafía las reglas de Hollywood, apostando por un tono y una estructura poco convencionales, pero perfectamente alineadas con su estilo.

«Mickey 17» logra algo que pocas películas de ciencia ficción pueden hacer: ser profunda, divertida, inquietante y reflexiva al mismo tiempo. Entre caricaturas tétricas y personajes que parecen sacados de una pesadilla futurista, la cinta ofrece una visión única del género, una que solo Bong Joon-ho podía entregar. Su capacidad para combinar crítica social, entretenimiento y originalidad sigue intacta, consolidándolo como uno de los cineastas más audaces de la actualidad.

Si hay una forma correcta de ver «Mickey 17», es en la pantalla más grande posible. No solo por su espectacularidad visual, sino porque su propuesta cinematográfica merece ser experimentada en toda su magnitud. Bong Joon-ho lo ha hecho de nuevo: ha creado una película que no solo entretiene, sino que deja una marca en quien la ve.