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Un calvario, el viaje desde comunidades para llegar a consultas médicas

La falta de transporte público es una constante que limita llegar a tiempo o, incluso, impide acudir

Habitantes de comunidades de Matehuala que reciben servicio médico familiar en la Clínica 14 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) enfrentan una grave crisis para acceder a la atención. La falta de transporte público es una constante que limita llegar a tiempo o, incluso, impide acudir. El problema se agrava cuando se trata de una emergencia.

Por otra parte, acudir a la institución implica invertir un día completo de su tiempo. Afectados narraron que la falta de rutas o la baja frecuencia del transporte público desde sus localidades hacia Matehuala los obliga a viajar por medio de un “aventón” o, bien, caminar largos tramos para llegar al paradero del camión. Lamentan que, para asistir a una cita a las 10 de la mañana, hay personas de comunidades alejadas que deben salir al amanecer.

El proceso, que implica viajes, atención y comidas, los hace regresar a sus hogares cuando el sol ya se está metiendo, porque, además, la puntualidad no es algo que caracterice al IMSS. La problemática no solo implica el gasto de tiempo y dinero, sino que también resulta en la pérdida de consultas médicas esenciales.

Muchas personas han perdido sus citas porque el transporte simplemente no pasó o porque la persona que les iba a hacer el favor no pudo. Es una situación que los pone en riesgo, especialmente a los adultos mayores o a quienes padecen enfermedades crónicas.

El problema del traslado es solo el inicio de una cadena de dificultades. Los pacientes indicaron que, una vez que logran asegurar el viaje y llegar a la Clínica 14, a menudo se encuentran con la ya conocida escasez de insumos. La falta de medicamentos básicos se ha vuelto una constante, obligándolos a comprarlos por su cuenta, lo que representa un golpe directo a su economía.

La situación se torna aún más crítica para quienes requieren procedimientos quirúrgicos. Varios testimonios coinciden en que, para poder ser operados, se han visto en la necesidad de comprar parte del material quirúrgico, insumos que, en teoría, deberían ser proporcionados en su totalidad por la institución.

Los afectados hacen un llamado urgente a las autoridades del IMSS y a las instancias de gobierno municipal y estatal para que se implementen soluciones de transporte que garanticen el acceso a la salud para las comunidades. Argumentan que el derecho a recibir atención médica no debe depender de la suerte de encontrar un vehículo o de la capacidad económica para afrontar la falta de insumos.