En los últimos días, la carretera 57 ha registrado una preocupante racha de accidentes protagonizados por unidades de carga pesada, lo que vuelve a encender las alarmas sobre la inseguridad vial en una de las rutas más transitadas del país. La mañana de este jueves 11 de noviembre, un tráiler se incendió en el kilómetro 172 tras un fuerte percance cuyo origen aún se desconoce. La unidad perdió el control y terminó impactada, provocando un incendio inmediato que consumió la cabina en minutos. Aunque los servicios de emergencia arribaron rápidamente, nada pudo hacerse para salvar la vida del operador, quien falleció en el lugar.
Un día antes, el miércoles 10 de diciembre, otro accidente volvió a poner de manifiesto el riesgo constante en la región. A la altura del kilómetro 132 de la carretera Matehuala–San Luis, un tráiler que transportaba mercancía volcó luego de perder el control por causas no confirmadas. La volcadura provocó el cierre parcial de la circulación, pero además derivó en actos de rapiña cuando varias personas ingresaron al área del siniestro para llevarse los productos esparcidos. A pesar del ambiente tenso, algunos conductores se detuvieron para auxiliar al operador, quien, según los primeros reportes, no presentó lesiones graves.
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La mañana del martes 9 de diciembre se registró otro hecho de alto impacto en el kilómetro 68, en el tramo que conecta a San Luis Potosí con Matehuala. Un tráiler perteneciente a la empresa Castores terminó volcado y quedó completamente atravesado sobre ambos carriles, generando un bloqueo total que afectó a cientos de automovilistas. La pesada unidad, cuya posición impedía el paso en ambos sentidos, ocasionó kilómetros de fila y un colapso prolongado en la vialidad.
A esta serie de percances se suma el registrado el sábado 6 de diciembre en el municipio de Guadalcázar. A la altura de la comunidad de Charco Cercado, un tráiler terminó envuelto en llamas sin que hasta ahora se conozcan las causas del siniestro. El incendio generó una enorme columna de humo visible desde varios kilómetros, causando alarma entre los automovilistas. El cierre total de la carretera provocó largas filas y tiempos de espera superiores a una hora. La situación se complicó aún más porque numerosos conductores intentaron avanzar por rutas de terracería paralelas, pero la presencia de maquinaria pesada y el mal estado del terreno hicieron imposible esta alternativa.
La constante ocurrencia de estos accidentes en un lapso tan corto pone en evidencia un incremento preocupante en los siniestros viales que involucran a tráileres en la región Altiplano. La combinación de exceso de carga, fallas mecánicas, cansancio de los operadores y la saturación de la vía federal son factores que autoridades y expertos han señalado como detonantes de este fenómeno que hoy afecta a miles de viajeros. Mientras tanto, automovilistas y habitantes del Altiplano continúan enfrentando días de incertidumbre, bloqueos y riesgo latente en una carretera que, lejos de mejorar, parece volverse cada vez más peligrosa.






