La carretera Cedral–Cerro de Flores se ha convertido en un punto crítico para los motociclistas, quienes en las últimas semanas han protagonizado un alarmante número de accidentes. Este tramo, conocido por sus curvas cerradas y zonas con visibilidad limitada, ha sido escenario constante de derrapes que han dejado varios lesionados y movilizado de manera frecuente a los cuerpos de emergencia.
Paramédicos y autoridades de auxilio reportan que la mayoría de los incidentes tienen un factor común, la velocidad excesiva. Muchos motociclistas transitan a máxima velocidad, sin considerar que el pavimento presenta tramos irregulares y áreas con acumulación de grava suelta, condiciones que facilitan perder el control de la unidad. A esto se suma que durante la tarde y la noche el camino se vuelve aún más riesgoso, pues la baja iluminación complica la detección de obstáculos o curvas pronunciadas.
Habitantes de la zona señalan que, prácticamente a diario, se escuchan frenos bruscos o se observan motociclistas derrapando, algunos con consecuencias graves. La falta de señalamientos preventivos y de vigilancia constante también contribuye a este escenario, según indican vecinos y algunos transportistas que circulan por el área de manera regular.
Ante el incremento de accidentes, autoridades municipales y estatales analizan estrategias para reducir el riesgo, entre ellas reforzar la señalización, instalar advertencias luminosas y ejecutar operativos para limitar la velocidad. Organizaciones de protección civil también exhortan a los conductores a usar casco, evitar maniobras imprudentes y respetar los límites de velocidad.
Mientras no se tomen medidas firmes y los conductores no adopten una cultura de prevención, la carretera Cedral–Cerro de Flores seguirá siendo una zona marcada por el peligro y la alta incidencia de percances en motocicleta.




