El municipio de Cedral, en el Altiplano Potosino, se ha transformado en un foco de violencia que preocupa a ciudadanos y autoridades. Durante la administración de la alcaldesa Cinthia Segovia Colunga, se ha registrado un alarmante incremento de hechos delictivos, incluyendo persecuciones y balaceras a plena luz del día, que generan temor entre la población. Vecinos y transeúntes han relatado que la violencia ocurre en diversos puntos del municipio, afectando la vida cotidiana y la tranquilidad de quienes habitan y visitan la zona.
En lo que va de su gestión, se han reportado al menos cuatro enfrentamientos armados que provocaron pánico masivo entre la población. Estos incidentes han dejado a los ciudadanos en constante alerta, obligando a muchos a evitar salir de sus hogares en determinados horarios. Testimonios señalan que la violencia se extiende incluso a áreas cercanas al centro del municipio, lo que evidencia la creciente presencia de grupos delictivos organizados en Cedral y la falta de control efectivo en materia de seguridad.
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La carretera rumbo a Cedral también ha sido escenario de prácticas delictivas reiteradas, como el tiradero de ponchallantas. Esta táctica, utilizada por grupos criminales para detener o retrasar la circulación de vehículos, representa un riesgo directo para los ciudadanos que transitan por la zona. Familias, turistas y transportistas han denunciado que estas acciones afectan su seguridad y patrimonio, y que las autoridades locales no han implementado medidas suficientes para prevenir estos ataques y garantizar el libre tránsito.
Ciudadanos han expresado su preocupación por la escalada de violencia, señalando que la situación afecta la imagen del municipio y su economía, especialmente en temporadas de mayor afluencia de visitantes. La percepción de inseguridad se ha intensificado debido a la falta de presencia policial visible y la impunidad con la que actúan los delincuentes. Cedral enfrenta el desafío de recuperar la confianza de su población y visitantes. La ciudadanía demanda acciones concretas para disminuir la violencia, incluyendo patrullajes constantes, control de accesos, coordinación interinstitucional y sanciones efectivas contra quienes alteran la paz.






