¡Qué onda con el alcalde Raúl Ortega! Parece que se le está yendo el tren y no ve que Matehuala se le está cayendo a pedazos. El pueblo parece campo minado por tanto bache; los ciudadanos ya no saben si van manejando o haciendo malabares. Y ni hablar de la basura: la mugre está por todos lados y ya es la tarjeta de presentación del municipio.
Se le juntó la chamba: baches, basura, y ahora con las lluvias, la maleza está imparable. El alcalde se está metiendo en camisa de once varas y la gente ya está harta de ver a Matehuala hecho un cochinero. La falta de inversión se nota a leguas, y lo peor es que ya se le juntaron todos los problemas. La gente se pregunta si el alcalde no ve lo que está pasando o, de plano, le vale.
Lo que sí es que la paciencia se está acabando, y los matehualenses ya están exigiendo que se ponga a trabajar de verdad, antes de que la situación se ponga más fea. La neta, la gente de Matehuala ya no quiere ni ver que se inicie una obra, porque saben que el alcalde Raúl Ortega es experto en dejarlas a medias. Es el rey de las zanjas abandonadas y las calles bloqueadas, y luego ni sus luces. Parece que nomás empieza el mitote y luego se olvida: “ni por la feria vuelve”.
Ya están cansados de tanto prometer y no cumplir, de ver la ciudad patas pa’ arriba sin que haya un fin. La paciencia se está agotando y la gente quiere soluciones, no más pretextos. Es un cuento de nunca acabar: empiezan con la fanfarria y los anuncios, pero a la hora de la verdad, las obras se quedan como monumentos al olvido. La gente ya no cree en sus promesas, y es que con tanto incumplimiento, ¿quién les va a creer?
Urge que el alcalde le meta turbo y termine lo que empieza, por el bien de todos.
Vaya relajo con la votación judicial. Parece que la cosa no prendió mucho porque hubo poca participación. Y para acabarla de amolar, dicen que mucha gente votó sin tener ni la menor idea de lo que estaba haciendo. Como que les valió gorro o, de plano, no entendieron de qué iba la cosa.
Dicen que este ejercicio democrático servirá de “cáliz” para futuras elecciones, como para ver cómo andan las cosas. Pero, la neta, todavía falta un buen para que se vuelvan a votar esos cargos, así que a ver si para entonces la gente ya le agarra la onda. Este experimento dejó más dudas que certezas. Si la gente no sabe ni por qué vota, ¿de qué sirve el ejercicio?
Queda claro que falta mucha chamba en la educación cívica y en la difusión de la información. Ojalá que para las próximas elecciones, la ciudadanía esté más enterada y no se haga al tanteo.
El delegado de la Fiscalía General de SLP, Pedro Martínez, está en el ojo del huracán. La gente ya está hasta el cuello con él porque dicen que cuando van a denunciar, les pone mil peros y no le quiere entrar a las investigaciones. Parece que anda en modo «relax» y no quiere chambear. La gente le está pidiendo a la fiscal Manuela García que le ponga un estate quieto, porque el delegado no está cumpliendo con su trabajo y la impunidad está creciendo.
¡Así no se puede! Es un decir que la justicia es ciega, pero con el delegado Martínez, parece que también es sorda y muda. La ciudadanía confía en las autoridades para que les resuelvan sus problemas, no para que les pongan trabas. La fiscal García tiene que tomar cartas en el asunto urgentemente, porque la credibilidad de la institución en Matehuala se está yendo por el caño.
Andan diciendo por ahí que hay intención de comprar Rinos para la Policía Municipal de Matehuala. ¿Y qué son esos Rinos? Son unos vehículos blindados, diseñados para el transporte de personal y para operar en situaciones de alto riesgo o disturbios. La neta, suena a mucho lujo para una policía que no participa en operativos de esa magnitud. Primero hay que sacarle jugo a las patrullas que ya tiene.
Y hablando de lana, dicen que el aumento que anunció el gobernador Ricardo Gallardo el año pasado a los polis nomás les duró el gusto hasta septiembre, y desde que inició esta administración, ni un centavo. Así que, antes de pensar en Rinos, que les llegue la quincena completa.
La verdad es que invertir en Rinos, cuando lo básico no funciona, es como querer construir un techo sin tener cimientos. La prioridad debería ser equipar bien a los policías con lo que ya tienen, capacitarlos y asegurar que sus salarios sean justos y puntuales. De lo contrario, los Rinos serán solo elefantes blancos en el desierto, sin un verdadero impacto en la seguridad del municipio.
Nunca faltaron los agoreros del desastre, pero el gobernador Ricardo Gallardo Cardona logró ayer una elección judicial limpia, pacífica y democrática. Sin incidentes graves, imperó un clima de paz y orden. Hubo una operación electoral quirúrgica, sin errores, y lo más importante: se garantizó la transición en la justicia potosina sin crisis ni rupturas.
El Tribunal de Justicia del Estado estará del lado del gobernador para continuar con el cambio en curso desde hace tres años.
Hasta la próxima con más Tiempo.