En el municipio de Cedral, la preocupación entre los habitantes se ha convertido ya en un sentimiento de desesperación ante el grave desabasto de medicamentos que prevalece en clínicas y centros de salud. Vecinos relatan que desde hace varios meses acudir a una consulta médica implica, prácticamente, salir con las manos vacías, pues no hay medicamentos disponibles ni siquiera para tratar enfermedades comunes como infecciones respiratorias, fiebre, dolores musculares o padecimientos gastrointestinales.
La falta de abastecimiento es tal, que muchos pacientes se han visto obligados a costear por su cuenta tratamientos que deberían ser gratuitos, situación que golpea con fuerza a personas de escasos recursos, adultos mayores y enfermos crónicos. Algunos ciudadanos han señalado que, debido a la incertidumbre y la falta de opciones, han tenido que suspender sus tratamientos, exponiéndose a graves complicaciones de salud. Otros han optado por desplazarse a municipios como Matehuala para intentar conseguir los medicamentos, generando un gasto adicional que muchas familias no pueden afrontar.
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Pobladores aseguran haber solicitado apoyo y soluciones al Ayuntamiento que encabeza la presidenta municipal Cinthia Segovia Colunga, pero afirman que no han recibido respuestas claras ni acciones concretas para enfrentar la situación. La falta de comunicación oficial ha incrementado la molestia y la sensación de abandono entre la ciudadanía.
Los habitantes describen la situación como “insostenible”, pues la escasez de medicamentos no solo se limita a tratamientos básicos, sino también a insumos indispensables para controlar padecimientos como diabetes, hipertensión y enfermedades respiratorias. En algunos casos, los médicos informan desde antes de la consulta que difícilmente habrá fármacos disponibles, lo que ha generado un clima de frustración e impotencia en la población.
Mientras el desabasto continúa sin solución, Cedral vive un panorama crítico en materia de salud pública. Las familias se sienten desprotegidas, desesperadas y abandonadas, enfrentando día con día la incertidumbre de no contar con los medicamentos necesarios para cuidar su bienestar. Los habitantes exigen respuestas inmediatas y acciones efectivas, pues aseguran que la salud no puede seguir postergándose ni dependiendo de promesas que no llegan.
