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Eres tu peor enemigo

¿Te cuesta reconocer tus logros? ¿Te criticas demasiado y casi de forma inconsciente? Ser tu peor enemigo trae consigo frustración e insatisfacción hacia las cosas que te rodean, te hace ver la vida más gris e incierta, y aunque no es fácil tratarnos con respeto, flexibilidad y amor resulta ser muy necesario. 

Las palabras “perfeccionismo” y “autocritica” son términos utilizados comúnmente simplemente porque su significado está definido en lo cotidiano, sin embargo, en el campo de la salud el perfeccionismo ha sido asociado a entidades clínicas de la gravedad de los trastornos alimentarios, la depresión, la ansiedad o el estrés y, por otra parte, la autocrítica se ha relacionado con la fobia social. 

El perfeccionismo es la tendencia a exigiros altos estándares de desempeño a la vez que nos evaluamos en exceso, además mayormente los resultados de estas evaluaciones (la autocrítica) desemboca en una creciente preocupación por cometer más errores. 

Al igual que con la ansiedad, podemos encontrar dos tipos de perfeccionismo, aquel que es adaptativo en donde encontramos la flexibilidad mental para manejar aquellas cosas que no salen como queremos, reconociendo que hacer todo bien todas las veces es algo imposible. Y el desadaptativo, este alude al hecho de exigirnos demasiado, pero también castigarnos con dureza si los resultados no son tal cual se tenían en mente. 

La autocritica puede definirse como un estilo cognitivo de personalidad en el cual nos juzgamos y evaluamos a nosotros mismos constantemente, es estar al pendiente del más mínimo fallo para juzgarlo negativamente en consecuencia, esta al igual que el perfeccionismo tiene una parte adaptativa y otra disfuncional. 

Y ¿por qué se hace énfasis en estos dos términos? Tener constantemente pensamientos que buscan la manera de demeritar tus esfuerzos y criticar de forma negativa todo aquello que realizas es como ser tu propio enemigo, todo el tiempo atacándote a ti mismo, es importante que aprendamos a diferenciar nuestro perfeccionismo funcional del que no lo es, al igual que con la autocrítica, para que esto no se vuelva un arma que este en tu contra, sino en habilidades que te ayuden a buscar una mejora, sin olvidar reconocer las metas que cumples día a día. 

Practica la autocompasión, aprende a acompañarte a ti mismo a través del sufrimiento, crea sentimientos de bondad, cuidado y comprensión por ti mismo, aun cuando los resultados no sean los esperados, reconozcamos que somos seres humanos, frágiles e imperfectos.