Un correcto funcionamiento del hígado nos permite tener un organismo libre de toxinas, debido a que éste se encarga de limpiar la sangre y convertir los alimentos en energía. Por ello, es vital prevenir las enfermedades hepáticas, de acuerdo con la Fundación Mexicana para la Salud Hepática (FundHepa).
En general, solemos conocer del estado de nuestro hígado mediante algunos estudios convencionales, que suelen incluir indicadores hepáticos que muestran si existen alteraciones enzimáticas. En algunas ocasiones, se puede prescribir una ecografía para detectar alteraciones como el hígado graso, una enfermedad que suele ser asintomática y silenciosa, para la cual no existe todavía tratamiento. En muchos casos la práctica de ejercicio, la dieta y la aplicación de una serie de medidas para el control de la diabetes, el colesterol y el sobrepeso pueden mejorar el hígado graso, aunque en ocasiones el cuadro puede persistir pese a que se implementen todos estos cambios, así lo indican los especialistas.
Una dieta poco saludable y el sedentarismo favorecen el desarrollo de enfermedades hepáticas como hepatitis, cirrosis, hígado graso y cáncer. Algunos de los alimentos que dañan el funcionamiento del hígado son:
Alcohol
Es el principal enemigo del hígado, un gran tóxico que, al metabolizarse en el hígado, provoca un incremento de triglicéridos (grasa), de manera que se favorece el desarrollo de hipoglucemia (disminución de la glucosa en sangre) e hiperuricemia (ácido úrico elevado). Además, en su oxidación se forman compuestos que pueden producir lesiones como la esteatosis, la hepatitis alcohólica, la fibrosis hepática y la cirrosis.
Alimentos ultraprocesados
Estos ultraprocesados son habituales en los listados de alimentos perjudiciales para la salud, también la del hígado, ya que contribuyen a la acumulación de grasa visceral alrededor del hígado, cosa que se relaciona con la obesidad y el sobrepeso. En este apartado incluimos también los ultraprocesados tipo fast food, pastelería, precocinados y snacks.
Productos ricos en colesterol
Tienen un alto riesgo de generar enfermedades hepáticas como las carnes rojas, camarones y la yema de huevo. Los médicos recomiendan disminuir la ingesta de productos animales o cambiarla por vegetales, frutas y granos integrales.
Azúcar
La ingesta de los refrescos, dulces, jarabe de maíz y postres son un factor de riesgo para detonar las enfermedades hepáticas como la fibrosis.
Sal
El consumo en exceso aumenta la presión arterial y aumenta el riesgo de padecer hígado graso. Lee las etiquetas de los productos para revisar la cantidad de sodio y reduce el consumo de alimentos procesados como el tocino y las salchichas.
Comida rápida.
Es una mezcla de sodio y calorías, por lo que su consumo excesivo genera una acumulación de grasa en el hígado, lo que contribuye al daño hepático
Ten presente que el hígado es un órgano silencioso, que puede progresar de forma asintomática.
Así que, si consumes muchos de estos alimentos y bebidas es muy probable que tu hígado no se encuentra en buen estado.