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La otra historia de “La 57”; el impacto económico positivo

Para muchos negocios, no es solo una vía de paso, sino la fuente principal de ingresos

La Carretera Federal 57, conocida por su intensa actividad vial y por ser la principal ruta económica de la República Mexicana, es constantemente parte de las noticias por sus incidentes viales. Sin embargo, existe la contraparte: su impacto positivo en los alrededores, donde diversos negocios dependen directamente del flujo constante de vehículos. Se trata de un engranaje económico que sostiene a vulcanizadoras, talleres, restaurantes y una variedad de tiendas a lo largo de su recorrido.

Para muchos negocios, la 57 no es solo una vía de paso, sino la fuente principal de ingresos. Estos establecimientos han prosperado gracias a las necesidades básicas de los miles de conductores que transitan diariamente. Un ejemplo son las vulcanizadoras ubicadas en tramos estratégicos de la carretera, las cuales ofrecen un servicio esencial. Sus propietarios comentan que atienden alrededor de 10 vehículos diarios, desde tráileres hasta autos particulares, siendo el tráfico pesado su clientela más frecuente. El constante flujo vehicular obliga a estos negocios a estar disponibles las 24 horas del día.

El sector de alimentos es otro gran beneficiado. Lejos de las grandes cadenas de comida, los restaurantes y comedores a pie de carretera ofrecen un alivio a transportistas y familias que realizan viajes largos. En temporadas altas, como vacaciones y días festivos, este círculo de negocios reporta incrementos en las ventas de al menos 30 por ciento. Este tipo de establecimientos no solo genera empleo, sino que también impulsa el consumo de productos de proveedores agrícolas y cárnicos de la zona.

El impacto económico positivo se extiende a otros servicios, como refaccionarias, gasolineras e incluso pequeños hoteles de paso, los cuales son paradas obligadas y, de alguna manera, colocan a Matehuala en el mapa nacional como un referente para adquirir productos.