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[VIDEO] Matehualenses dan último adiós a don Domingo Loera

Con su partida, Matehuala pierde a un referente deportivo, pero gana una leyenda cuya influencia continuará pedaleando en el corazón de la comunidad

La comunidad ciclista de Matehuala despidió este martes a Gilberto Loera Hernández, mejor conocido como Don Domingo, quien falleció el pasado lunes 10 de noviembre a los 84 años. En punto de las 14:00 horas, cientos de ciclistas se reunieron frente a El Taller de Bicis Loera, ubicado en la calle Hidalgo, para iniciar una rodada con destino a Jardines de la Luz, donde se realizaron la velación, misa e inhumación del destacado deportista.

El recorrido, que avanzó de forma ordenada por las calles principales de la ciudad, se convirtió en una muestra de respeto y reconocimiento hacia uno de los personajes más emblemáticos del ciclismo local. Los participantes portaron camisetas y jerseys alusivos al deporte, algunos con fotografías y mensajes alusivos a Don Domingo, cuyo legado marcó a varias generaciones.

A lo largo de su trayectoria, Loera participó en competencias regionales, nacionales e incluso internacionales, logrando importantes triunfos que pusieron el nombre de Matehuala en lo más alto. Sin embargo, su figura trascendió más allá de los resultados deportivos, pues dedicó su vida a impulsar nuevos talentos y fomentar la disciplina desde edades tempranas.

“Mingo siempre dio un buen ejemplo a la sociedad, de trabajo, disciplina y amor al ciclismo. Convivió con deportistas de alto rango. Esta rodada es en homenaje a él, y aunque haya partido, no dejaremos de hacer carreras en su honor”, expresó uno de sus amigos más cercanos durante la despedida. Otro de los asistentes recordó con admiración su fortaleza física: “Hace ocho días rodamos 70 kilómetros con él. A sus 84 años no es fácil, no cualquiera lo hace. Es un gran ejemplo para disfrutar. Para mí, Domingo era un héroe”.

A lo largo de las anécdotas, se destacó su labor como mentor. Numerosos ciclistas reconocen que sus primeros pasos fueron impulsados por sus consejos y su insistencia en mantenerse lejos de malos hábitos para concentrarse en el deporte. “Me invitaba a participar, me daba buenos consejos y me alejaba de lo negativo. Él unía a la gente”, comentó otro compañero.

También hubo quienes lo conocieron desde jóvenes. “Hablar de Domingo Loera me llevaría todo el día. Tenía 12 años cuando lo conocí. Íbamos a paseos y rodadas, siempre en un ambiente muy bonito”, recordó emocionado un participante. Su última rodada, según contaron, fue rumbo al municipio de Cedral. “Se nos adelantó, se acaba la historia, pero sigue la leyenda”, expresó Juan Martínez, amigo y compañero de pedaleadas.

Además de su participación en competencias y recorridos, Don Domingo colaboró activamente en la organización de eventos ciclistas, actividades recreativas y convivencias que fortalecieron la cultura deportiva en la región, logrando consolidar una comunidad más unida, participativa y preparada. Su taller de bicicletas, fundado hace décadas, se convirtió en punto de encuentro, espacio de aprendizaje y centro de conversación para ciclistas de todas las edades. Ahí, además de reparar bicicletas, se ofrecían consejos, se planificaban rutas y se formaban amistades.

La despedida de este martes no solo fue un acto solemne, sino una celebración a la vida, esfuerzo y pasión de un hombre que dedicó su existencia al deporte que amó. Quienes lo acompañaron en sus rutas aseguran que continuarán rodando en su memoria y que la tradición de organizar carreras y recorridos en su honor permanecerá vigente. Con su partida, Matehuala pierde a un referente deportivo, pero gana una leyenda cuya influencia continuará pedaleando en el corazón de la comunidad.