Región AltiplanoTitulares

Párroco de Guadalcázar boicotea fiesta de la Virgen de Guadalupe

El sacerdote se negó inicialmente a abrir la parroquia y permitió el acceso únicamente hasta las 10:00 de la mañana

La comunidad de Guadalcázar manifestó su inconformidad luego de que el párroco de la iglesia, conocido como el padre «canas», retrasara la apertura del templo durante la celebración del Día de la Virgen de Guadalupe, una fecha de gran importancia para los católicos. De acuerdo con denuncias ciudadanas, el sacerdote se negó inicialmente a abrir la parroquia y permitió el acceso únicamente hasta las 10:00 de la mañana de este viernes 12 de diciembre, lo que causó sorpresa entre los fieles que desde temprano esperaban ingresar para realizar sus oraciones y cumplir con las tradiciones guadalupanas.

Habitantes señalaron que este comportamiento contrasta con lo que ocurre en otras iglesias del estado, donde los templos permanecen abiertos desde la noche anterior para recibir a los devotos y permitir la organización de las tradicionales Mañanitas a las 12:00 a.m., una práctica arraigada en la cultura mexicana. En Guadalcázar, sin embargo, la celebración no se llevó a cabo como es costumbre, lo que muchos interpretaron como una decisión unilateral del párroco que terminó afectando el ánimo de la comunidad.

Consulta nuestra edición impresa: https://cutt.ly/8tiMf7Nr

La molestia entre los pobladores se intensificó debido a que consideran esta fecha como un momento de unión, identidad religiosa y convivencia familiar, por lo que la ausencia de actividades tradicionales fue vista como una falta de sensibilidad por parte de la autoridad eclesiástica. Algunos vecinos expresaron que el cierre prolongado del templo representó una falta de respeto hacia quienes cada año se preparan para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, patrona de millones de mexicanos.

Además, los habitantes aprovecharon para denunciar que las posadas ya no se realizan como antes, lo que ha generado preocupación sobre la continuidad de las celebraciones que durante décadas fortalecieron la cohesión social en la localidad. Señalaron que estas prácticas comunitarias han ido disminuyendo sin una explicación clara, lo que consideran un retroceso en las tradiciones que mantienen viva la identidad cultural del municipio.

La situación ha generado un ambiente de tensión en Guadalcázar, donde los ciudadanos esperan una explicación formal por parte del párroco o de la diócesis correspondiente. Mientras tanto, los pobladores insisten en que la preservación de estas festividades es fundamental para mantener vivas las costumbres que dan sentido a su vida comunitaria y religiosa.