Raúl Ortega, alcalde de Matehuala, ha consumado su amenazante plan de dejar sin trabajo a una familia que dependía de la recolección de basura para subsistir. El retiro de los contenedores ubicados detrás de las instalaciones de la Feria Regional de Matehuala (FEREMA) representa un golpe devastador para quienes encontraban en esta labor su sustento diario.
La familia afectada acudió en busca de explicaciones con el director de Servicios Públicos Primarios, Fernando Sosa Esqueda, quien respondió de manera prepotente y grosera. Argumentó con excusas inconsistentes las razones del retiro de los contenedores, sin ofrecer una solución válida o compasiva.
Después de no obtener respuestas, la familia decidió esperar afuera de la presidencia municipal, sentados en la banqueta, con la esperanza de ser escuchados por Raúl Ortega. Sin embargo, el alcalde intentó evadirlos al buscar salir del edificio sin ser visto. Al ser interceptado por los afectados, Ortega se limitó a prometer que hablaría con Sosa Esqueda, mientras revisaba su teléfono celular de manera indiferente, haciendo caso omiso de las peticiones ciudadanas.
“Le quedó grande el puesto a Raúl”, expresó la señora afectada al describir la actitud distante y prepotente del alcalde. La desesperación de la familia es clara. “Le estamos dando chance de que nos resuelvan para el viernes, pero mientras, esta semana, ¿qué vamos a comer? Si de aquí nos manteníamos”, declaró la mujer.
Por si la situación no fuera lo suficientemente indignante, Raúl Ortega anunció que asignará una patrulla para vigilar el área donde se encontraban los contenedores y amenazó con multar a la familia por cada bolsa de basura que la ciudadania deje en el lugar. Este gesto, que deja en evidencia la falta de humanidad por parte del alcalde, demuestra que las intenciones de Raúl no son ayudar al pueblo matehualense.
Servicios Públicos Primarios se burlan de la familia
Porque para esta administración no basta con dejar sin trabajo a una familia honesta, también es importante burlarse de ella. Fernando Sosa Esqueda justificó el retiro de los contenedores argumentando que “se convirtieron en un foco de problemas debido a la acumulación excesiva de residuos”. Sin embargo, esta afirmación contradice lo que la propia ciudadanía ha reportado: que la familia afectada siempre se encargó de mantener el área limpia, además de realizar un trabajo que los camiones de basura simplemente no hacen.
Según Sosa Esqueda, otra de las razones para esta decisión es que se trata de una “solicitud de salubridad”. Esta declaración resulta irónica y hasta absurda, considerando que Matehuala se encuentra sumido en un estado de abandono. Las calles están repletas de basura que no es recolectada en semanas, y el centro de la ciudad ya emite olores desagradables debido al descuido de las autoridades municipales. Si la preocupación por la salubridad fuera real, tal vez comenzarían atendiendo estos problemas.
Pero el colmo de esta situación es la burla con la que se maneja. Sosa Esqueda aseguró que “se están realizando reuniones con la familia afectada para buscar opciones que les permitan continuar con su actividad, incluyendo la posibilidad de realizar esta labor en el relleno sanitario, donde ya se cuenta con espacios para ello”. Esta afirmación es desmentida por la propia familia, que asegura que han batallado por recibir cinco minutos de la ocupada agenda de Raúl Ortega.
Adiós al sustento de una familia
La señora recolectora que, a pesar de estar enferma y enfrentarse a problemas de salud graves, como desmayos frecuentes y la pérdida de dientes debido a la diabetes, había encontrado en la recolección de basura su único sustento. “Es nuestra fuente de trabajo, somos tres personas las que dependemos de esto. Desde que entró Sosa nos amenazó con que nos iba a quitar los contenedores”, comentó la mujer afectada.
La afectada también denunció que las condiciones en las que realizan su labor son precarias. “Nosotros les echamos la mano hasta donde hemos podido. Se junta un montón de basura, y nos han puesto a juntar hasta siete contenedores con pura mano, ni siquiera nos dan equipo apropiado”, agregó. El retiro de los contenedores ha dejado a esta mujer y a otros recolectores sin su principal fuente de ingresos, pese a que el Ayuntamiento no les proporciona apoyo económico ni condiciones dignas para realizar su trabajo.