En medio de señalamientos de irregularidades y fracturas internas, Sara Rocha Medina fue reelegida como presidenta del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en San Luis Potosí. La decisión, tomada tras la descalificación de Margarita Hernández Fiscal por supuestamente no cumplir con los requisitos del proceso, ha generado descontento entre un sector de la militancia que acusa un proceso amañado.
El Órgano Auxiliar de la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI, encabezado por Glafira Ruiz Leura, informó que la fórmula de Sara Rocha y Francisco Limas fue la única que cumplió con los requisitos, descartando la candidatura de Margarita Hernández. Esto dejó a Rocha como única contendiente y ganadora automática de la dirigencia estatal.
La decisión no fue bien recibida por un amplio sector del partido, pues algunos militantes señalaron que, desde el inicio del proceso existieron prácticas poco transparentes. Según críticas internas, Rocha habría manipulado la conformación del consejo político estatal a su favor, lo que incluyó la destitución de 18 presidentes de comités municipales y la selección de consejeros afines a su grupo político.
La polémica se suma a una reciente expulsión del PRI del alcalde de San Luis Potosí, Enrique Galindo Ceballos, quien contaba con un amplio respaldo entre los militantes. Este hecho, atribuido al grupo de Rocha, fue interpretado como parte de una estrategia para consolidar su control en el partido.
El proceso interno ha puesto en evidencia las profundas divisiones en el PRI de San Luis Potosí, que atraviesa una de sus etapas más críticas. La militancia enfrenta un dilema entre seguir bajo el liderazgo del grupo de Rocha o buscar alternativas que permitan un cambio de rumbo.