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Semáforo delictivo en rojo; reflejo de la vida en Matehuala

Se encuentra bajo alerta por al menos seis ilícitos de alto impacto

A principios de este 2025, Matehuala parecía resistirse a figurar como un foco rojo en el mapa de la inseguridad potosina. Aunque los habitantes sabían que las cosas no estaban del todo bien, el Semáforo Delictivo mantenía la prudencia con algunas luces amarillas y verdes, como si aún hubiera margen para el control. Sin embargo, bastaron unos cuantos meses para que esa aparente calma se hiciera pedazos. Hoy, el municipio de Matehuala está encendido en rojo.

De acuerdo con el más reciente corte de la plataforma Semáforo Delictivo, este municipio del Altiplano se encuentra bajo alerta por al menos seis delitos de alto impacto. El narcomenudeo, las lesiones, la violencia familiar, el robo a negocios, el robo a casa habitación y la extorsión han colocado a Matehuala en los primeros lugares de incidencia delictiva. La tendencia es clara: la violencia ha ido en ascenso y la respuesta institucional luce rebasada.

Durante el primer trimestre del presente año, Matehuala apenas mostraba dos o tres indicadores encendidos. Era preocupante, sí, pero no alarmante. Hoy, con más de medio año transcurrido, los reportes indican una transformación que nadie puede ignorar. El delito de narcomenudeo, por ejemplo, se ha disparado al grado de posicionar al municipio entre los de mayor número de carpetas abiertas por este ilícito. Es un fenómeno que, según denuncian sus propios habitantes, ha crecido silenciosamente, impulsado por el abandono institucional y la precariedad social.

Otro foco preocupante es el de la violencia familiar. De ser una cifra que pasaba desapercibida en los informes, ahora se ha convertido en uno de los rubros más rojos en el municipio. Cientos de mujeres, niñas y niños enfrentan situaciones de abuso en el ámbito doméstico sin que existan refugios, atención legal suficiente o programas preventivos eficaces. Y a estos delitos se suman las lesiones, muchas de ellas derivadas de riñas, asaltos o violencia de género. Con el paso del tiempo, se confirma lo que el semáforo ya advierte: Matehuala se ha convertido en una ciudad herida, no solo física, sino emocionalmente.

La ubicación geográfica del municipio, atravesado por la carretera federal 57, ha jugado un papel determinante. Lo que alguna vez fue una ventaja logística, hoy se percibe como una maldición. Migrantes, turistas y transportistas han sido blanco frecuente de robos, extorsiones e incluso secuestros. Desde hace varios años, Matehuala comenzó a acaparar reflectores nacionales no por sus paisajes ni su historia, sino por la inseguridad rampante que ya no se puede ocultar.

Frente a este panorama, el Gobierno del Estado ha intentado responder con operativos de contención, traslados de las Mesas de Seguridad al municipio e, incluso, el reforzamiento de las instalaciones de la Guardia Nacional, pero la percepción ciudadana no mejora. Los comercios han reforzado sus medidas de seguridad por cuenta propia, mientras que los habitantes evitan transitar de noche por ciertas colonias. Se habla de zonas calientes, de barrios tomados y de un miedo que se filtra en la vida diaria.

Diputados locales han exigido operativos constantes, vigilancia durante horas laborales y una mayor articulación con el sector productivo para contener la escalada, además de que han advertido sobre la necesidad de que se fortalezca la plantilla policiaca, pues el municipio enfrenta un déficit severo de elementos activos.

Matehuala no siempre fue así. Sus calles solían tener vida hasta altas horas, sus comercios abrían con confianza y su gente caminaba sin temor. Hoy, las puertas se cierran temprano, y el silencio se ha vuelto una forma de protección. Lo que muestran los semáforos no son sólo cifras, son síntomas de un municipio que clama por ayuda, por justicia, por paz. Si no se actúa con decisión, si no se limpian las instituciones y se recuperan los espacios públicos, Matehuala corre el riesgo de normalizar la violencia, como ya ha sucedido en otras regiones del país.