El pasado 19 de septiembre se llevó a cabo el tradicional simulacro nacional, en donde se conmemora la tragedia de 1985 en la capital del país. Decenas de instituciones en el Altiplano potosino se dieron a la tarea de realizar esta práctica, a fin de unirse en el recuerdo y, a su vez, implementar estrategias y conocer cómo se debe actuar ante un evento de esta naturaleza.
El Altiplano, especialmente Matehuala y Guadalcázar, vivieron de una forma diferente esta fecha, pues los movimientos de la tierra se han vuelto comunes en estos municipios. Fue en marzo de 2025 cuando Guadalcázar vivió un evento sismológico más, en el cual se debe poner especial atención por los daños que dejó en estructuras de viviendas.
Aunque históricamente el Altiplano no tiene evidencia de este tipo de desastres, el titular de Protección Civil Municipal de Matehuala expuso que existe registro de que este punto geográfico ha sido epicentro de siniestros continuamente en los últimos años.
Esta fecha marca un antes y un después en la prevención, pues podría ser un aviso de movimientos telúricos más significativos que pondrían en riesgo a la población. En 2022 fue instalada una red sismológica en municipios clave de San Luis Potosí. Gracias a esta red, las autoridades estatales cuentan con información en tiempo real sobre la actividad sísmica en la región, lo que permite tomar medidas preventivas y responder de manera más efectiva ante cualquier eventualidad.
En Matehuala se han abierto socavones de gran magnitud. Aunque las autoridades señalaron que se deben al reblandecimiento de la tierra por fugas en la red de agua potable, expertos apuntan que podrían deberse a los constantes movimientos que tiene la tierra en el Altiplano y que, en la mayoría de las ocasiones, no se perciben, pero que al final van dejando secuelas en el subsuelo.
Por otra parte, se encuentran las constantes inundaciones en Matehuala, un desastre natural que requiere de atención especial para evitar sorpresas que terminen en tragedia.

