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Tomás Zavala, el diputado invisible que abandonó a su distrito

En el Altiplano Potosino, donde la violencia y el abandono gubernamental son una realidad que ataca a comunidades enteras, la figura de Zavala resuena más por su silencio que por sus acciones

Desde que ganó su curul, Tomás Zavala González, diputado local del primer distrito por el Partido del Trabajo (PT), no ha regresado a su tierra para rendir cuentas ni para escuchar a quienes lo llevaron al Congreso. Entre justificantes para no asistir a sesiones, polémicas con medios de comunicación y nulos resultados en su trabajo legislativo, su nombre se ha convertido en sinónimo de ausencia, opacidad y falta de compromiso.

En el Altiplano Potosino, donde la violencia y el abandono gubernamental son una realidad que ataca a comunidades enteras, la figura de Zavala resuena más por su silencio que por sus acciones. Desde hace semanas, el colectivo “Voz y Dignidad por los Nuestros” encendió alarmas al denunciar el hallazgo de un sitio de exterminio en la región, un hecho que ha estremecido a familias enteras. Ante este caso, la postura del diputado Zavala fue la evasión. “A mí no me gustan las entrevistas”, dijo tajante cuando reporteros lo confrontaron antes de encabezar, al menos en papel, la Comisión de Desarrollo Rural y Forestal del Congreso del Estado.

La escena se repite: mientras familias del Altiplano exigen justicia y atención, el legislador prefiere el silencio. Se limitó a decir que no tenía información y apenas sugirió un posible exhorto en materia de seguridad, sin mayores detalles ni propuestas claras.

La ausencia del diputado no se limita a su distrito ni a la tribuna. Documentos internos del Congreso revelan que Zavala acostumbra enviar justificantes para no presentarse a sesiones y evitar descuentos en su dieta legislativa. A pesar de liderar una comisión clave para la economía rural, pues el Altiplano es uno de los principales exportadores agrícolas de la entidad, hasta la fecha no ha dado la cara ante la crisis generada por plagas como el gusano barrenador, que amenaza cultivos y afecta directamente a productores de su región.

Una asesora sin rostro

La fragilidad del equipo que rodea a Tomás Zavala quedó al descubierto la semana pasada durante un programa de radio, cuando una de sus asesoras intentó intervenir en su nombre. Identificada extraoficialmente como Maritza Sánchez, de quien poco se sabe más allá de que se presenta como abogada, la mujer buscó tomar la palabra para explicar el trabajo legislativo del diputado. Sin embargo, su intención fue rápidamente rechazada en vivo por el conductor del programa, Luis Armando Santillán, de la estación “Oye 105.5 FM”.

Santillán fue tajante al señalar que la responsabilidad pública es personal e indelegable, y que el espacio estaba reservado únicamente para el diputado. “Quien tiene la representación es el diputado Tomás Zavala González”, enfatizó, negándose a permitir que alguien más hablara en nombre del legislador. La negativa evidenció una falla clara en la estrategia de comunicación del diputado, quien parece rehuir la interacción directa con los medios y con la ciudadanía.

No conforme con la negativa, la asesora insistió en debatir con el conductor, aunque sin identificarse formalmente ni proporcionar argumentos concretos sobre el trabajo de Zavala. En un giro inesperado, acusó a Santillán de “desinformar” a la audiencia y de “tener miedo” a debatir con ella, lo que generó sorpresa y críticas en el público.

Entre los peores calificados

Mientras se acumulan los señalamientos, los datos duros confirman lo que en el Altiplano ya es un secreto a voces: Zavala no cumple. El más reciente informe de “Congreso Calificado” lo coloca, por tercera vez consecutiva, entre los tres peores diputados de la LXIV Legislatura. Con una calificación de -0.70 puntos, Zavala solo es superado en bajo rendimiento por los legisladores Brisseire Sánchez López y Luis Fernando Gámez Macías, ambos del Partido Verde Ecologista de México.

El ranking mide aspectos como productividad legislativa, vinculación ciudadana y cumplimiento de responsabilidades. Zavala falla en todos. Durante el primer trimestre del año apareció en el “top 3” de los peores evaluados; en el segundo trimestre su calificación empeoró y volvió a figurar en el segundo puesto; al cierre del ciclo legislativo descendió apenas un escalón, pero sin mostrar señales de mejora.

Mientras tanto, los habitantes del primer distrito se preguntan cuándo volverá su representante. La distancia entre Zavala y sus representados se refleja no solo en obras inexistentes, sino también en la frustración de una región marcada por carencias: inseguridad, caminos olvidados, falta de apoyos para el campo y migración forzada.

Para muchos en el Altiplano, su silencio dice más que cualquier declaración: habla de un liderazgo que no existe, de promesas que nunca se cumplieron y de una curul que, salvo por los justificantes para cobrar el sueldo, permanece vacía.