El virus de la gripe aviar mostró mutaciones en el primer caso grave registrado en Estados Unidos, según un análisis genético de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). El paciente, un hombre mayor de 65 años con problemas de salud, fue hospitalizado en estado crítico tras estar en contacto con aves enfermas y muertas en su corral.
Las mutaciones podrían permitir que el virus se adapte mejor a los receptores de las vías respiratorias superiores de los humanos, algo que los científicos consideran preocupante, aunque no alarmante.
Michael Osterholm, investigador de la Universidad de Minnesota, explicó que estas mutaciones sugieren que el virus podría desarrollar “una llave” que se ajusta a la “cerradura” de las células humanas, aunque aún no tiene la capacidad de abrir la puerta para facilitar la transmisión entre personas.
El paciente no ha transmitido el virus a otras personas, según los CDC, y el riesgo para el público sigue en un nivel bajo. Sin embargo, los expertos advierten que estas mutaciones requieren un monitoreo constante, ya que podrían ser un indicio del desarrollo de futuras pandemias de influenza, potencialmente más graves que el COVID-19.
“Sabemos que el reloj de la pandemia está avanzando, aunque no sabemos qué hora es”, concluyó Osterholm.