La histórica cooperativa Pascual Boing, fundada en 1940 y convertida en cooperativa obrera desde 1985, enfrenta una amenaza existencial. La senadora Carolina Viggiano alertó que 4,500 empleos están en riesgo tras la aprobación de Morena, PT y PVEM del nuevo impuesto a bebidas azucaradas que entrará en vigor en 2026.
La historia de Pascual es emblemática: tras una huelga de más de tres años contra el patrón Rafael Jiménez en 1982-1985, los trabajadores adquirieron la empresa en quiebra y la convirtieron en una de las cooperativas más exitosas de México. Durante décadas simbolizó el triunfo del movimiento obrero y el cooperativismo mexicano.
El nuevo impuesto casi duplicará el IEPS, pasando de 1.64 a 3.08 pesos por litro. Viggiano reveló que Boing «está a punto de quebrar» y tendrá que reconvertir su modelo de negocio porque «no van a soportarlo». Además, enfrentan problemas con cañeros que ya no les surten porque cultivar caña dejó de ser rentable.
Más allá del discurso oficial de «salud pública», la realidad es que este impuesto pone en riesgo empleos reales de una empresa 100% mexicana y cooperativa. Muchos crecimos tomando Boing de mango, guayaba o tamarindo. Ahora, la misma 4T que prometía defender a los trabajadores podría terminar con un símbolo histórico de lucha obrera.






