El golpe de calor es una forma grave de lesión por calor y la temperatura del cuerpo alcanza los 40° C o más.
Evita la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) y, en general, evita exposiciones prolongadas o dormirte al sol.
Si notas cansancio o mareo, retírate a un lugar fresco o ventilado y aflójate la ropa.
Cúbrete adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol.
Esto te ayudará a prevenir tanto los golpes de calor como las quemaduras.
Consume abundantemente agua, evita bebidas azucaradas.
Evita las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.
Lleva ropa ligera que permita la transpiración.
Presta especial atención a los ancianos y niños. En concreto, niñas y niños menores de tres años no deben exponerse al sol.