El consumo excesivo de alcohol, más allá de ser perjudicial para el hígado, ha sido asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer malignos, incluido el cáncer de próstata, según especialistas en la salud.
El proceso por el cual el cuerpo metaboliza el alcohol puede ser la clave para comprender su impacto en la salud. Cuando se consume alcohol, el cuerpo lo transforma en acetaldehído, una sustancia química que ha sido clasificada como carcinógeno debido a su capacidad de dañar el ADN y causar mutaciones que favorecen el crecimiento de células cancerosas. Esta relación entre el alcohol y el cáncer se extiende a diversos tipos, como los de boca, esófago, hígado, mama, intestino, faringe y, en particular, de próstata.
Uno de los mecanismos por los cuales el alcohol puede influir en el desarrollo del cáncer de próstata es mediante la alteración de los niveles hormonales, especialmente aumentando la producción de andrógenos como la testosterona. Estos cambios hormonales podrían favorecer el crecimiento de células cancerosas en la próstata. Además, el alcohol genera estrés oxidativo en las células, lo que contribuye al inicio y progresión del cáncer.
Si bien se sigue investigando la relación exacta entre el metabolismo del alcohol y el cáncer de próstata, es importante tomar medidas para reducir el riesgo. Limitar el consumo de alcohol, seguir una dieta saludable, mantener un peso adecuado y realizar chequeos médicos periódicos son acciones que pueden ayudar a prevenir este tipo de cáncer y otros relacionados con el consumo de alcohol.
