El tequila es un aguardiente que se elabora en una región pequeña del Occidente de México, mediante la destilación del mosto fermentado que se obtiene del corazón de una planta conocida como agave azul.
El corazón de dicha planta, semejante a una gigantesca piña, se le denomina también “mezcal”, que en náhuatl puede significar «La casa de la Luna” (meollo, esencia), o bien “Maguey cercano a la casa”.
El siglo XVI se introdujo el proceso de destilado por los españoles. En el mismo siglo, el Marqués de Altamira comenzó a producir el tequila en grandes cantidades y también en el mismo periodo el Rey Carlos IV le dio permiso a la familia Cuervo para comercializar el tequila. Desde entonces, esta bebida forma parte de nuestras fiestas y tradiciones.
El tequila es Patrimonio Cultural de la Humanidad
La designación del 24 de julio de la UNESCO como Día Internacional del Tequila abarca los pueblos de Tequila, Arenal y Amatitán, en Jalisco, sus docenas de destilerías (muchas de ellas anteriores al siglo xx), los campos agaveros cercanos y también, un poco al sur de la región anterior, la sorprendente zona arqueológica de Los Guachimontones en Teuchitlán.
Al hablar sobre la importancia del tequila, bebida espiritual para México, la doctora Luz María de la Mora, Subsecretaria de Economía del Gobierno Federal, destacó que en términos de valor de exportación, el Tequila está cercano a los 2 mil millones de dólares.
Recordemos que, además, el tequila un emblema que representa a México ante los ojos del mundo, pues todo viajero en el planeta relaciona el preciado líquido con nuestro país y quizá; se deba también a que tiene la denominación de origen y cuenta con la protección de 52 países en el mundo.