La temporada invernal trae consigo cambios en la mesa de los hogares mexicanos y, con ellos, una oportunidad para mejorar la alimentación y cuidar la salud. Así lo señaló la Mtra. Mariana Navarro Tovar, coordinadora de la Licenciatura de Nutrición de la UASLP – Facultad de Enfermería y Nutrición, quien destacó los beneficios de consumir alimentos propios de esta época del año y hacerlo con moderación.
Durante esta temporada, explicó, se registra una mayor disponibilidad de frutas y verduras como los cítricos, la calabaza y diversos tubérculos, productos que concentran mejor sus nutrientes al encontrarse en su ciclo natural y pasar menos tiempo en almacenamiento. Esto no sólo mejora su calidad nutricional, sino que también los vuelve más accesibles económicamente para las familias.
Entre los alimentos más recomendados mencionó las naranjas, mandarinas y guayabas, ricas en vitamina C, nutriente que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a reducir el riesgo de infecciones respiratorias, comunes en los meses de frío. También resaltó el consumo de caña, jícama y calabaza, tanto de castilla como verde, por su aporte de vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes que favorecen la salud general.
En cuanto a las cantidades, la especialista recordó que la recomendación diaria es consumir alrededor de cinco porciones de frutas y verduras, idealmente tres de verduras y dos de frutas. De manera práctica, señaló que la mitad del plato en cada comida debería estar compuesta por estos alimentos, ya sea en el desayuno, la comida o la cena.
Respecto a bebidas tradicionales como el ponche, Navarro Tovar indicó que puede ser una buena opción si se modera la cantidad de piloncillo o azúcar añadida. Aunque el calor reduce el contenido de vitamina C, el ponche conserva su aporte de fibra, lo que lo hace una alternativa válida dentro de una alimentación equilibrada.
Sobre los platillos típicos de las fiestas decembrinas, como los tamales y los buñuelos, la nutrióloga enfatizó la importancia de la conciencia al comer. Explicó que los tamales son alimentos densos por su contenido de masa y grasa, por lo que lo ideal es disfrutarlos con atención, saborearlos y evitar comerlos de manera automática. Lo mismo ocurre con los buñuelos, elaborados con harina refinada y azúcar, cuyo consumo debe ser ocasional y en porciones pequeñas.
En cenas especiales, como la de Navidad destacó que el pavo es una buena fuente de proteína magra, siempre que la preparación sea adecuada. También mencionó platillos como el bacalao y los romeritos, alimentos tradicionales que pueden formar parte del menú si se acompañan de verduras y guarniciones saludables y se consumen con moderación, sobre todo cuando se incluyen salsas o mole.
La especialista también llamó la atención sobre el consumo excesivo de dulces en niñas y niños durante posadas y celebraciones. Más que prohibirlos, recomendó fomentar el autocontrol y el disfrute consciente, permitiendo que los menores aprendan a identificar cuándo ya están satisfechos. Esta práctica, dijo, ayuda a evitar excesos y a crear hábitos más saludables desde edades tempranas.
