En el tema del desarrollo de vacunas en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), el doctor Sergio Rosales Mendoza informó que trabajan en prototipos contra zika y dengue, enfermedades transmitidas por un mosquito que, al picar, introduce un virus que desencadena un proceso infeccioso en el organismo.
Las investigaciones se realizan en la Facultad de Ciencias Químicas y en el Centro de Investigación en Ciencias de la Salud y Biomedicina (CICSaB), donde labora el docente universitario. En entrevista, explicó que el dengue puede evolucionar a dengue hemorrágico, condición con impacto clínico serio, que puede llevar a la hospitalización o dejar secuelas. “El dengue se presenta en miles de casos a nivel nacional y constituye un problema de salud relevante que genera hospitalización, gastos y secuelas en el paciente”, comentó.
Respecto al zika, indicó que es una infección de menor prevalencia, pero en mujeres embarazadas ocasiona un desarrollo defectuoso del sistema nervioso central del bebé, con consecuencias severas. Debido a la importancia de ambas enfermedades, investigadores de la UASLP se han enfocado en el desarrollo de vacunas, señaló.
En este proyecto participan especialistas como el doctor Mauricio Comas García, virólogo; el doctor Omar González Ortega, experto en bioprocesos; además de estudiantes de posgrado de la Facultad de Ciencias Químicas.
El doctor Rosales recordó que, después de la pandemia por COVID-19, se logró un primer prototipo de vacuna y, posteriormente, decidieron iniciar el trabajo con zika. En 2022, con la experiencia previa, el prototipo avanzó de manera rápida. Actualmente se encuentran en la etapa final de validación en ratones para avanzar a modelos más avanzados.
El desarrollo preclínico implica formular la vacuna y evaluarla en ratones para determinar seguridad, ausencia de efectos adversos y eficacia, es decir, que el sistema inmune genere una respuesta específica hacia el virus y logre protección.
“Como parte del experimento, simulamos la infección bajo regulación del Comité de Ética. Después monitoreamos en los ratones vacunados signos como pérdida de peso, apetito o incluso mortalidad. También cuantificamos la presencia del virus en el organismo, un parámetro clave para determinar si fue neutralizado o si la infección progresó. En esta fase resulta esencial analizar distintas dosis para confirmar la efectividad”, explicó.
El investigador de la Facultad de Ciencias Químicas y del CICSaB comentó que este año cerrará con un avance relevante, ya que los resultados en ratones mostraron un nivel alto de protección. Este hallazgo permitió publicar el estudio en la revista Vaccines, de reconocido prestigio. “Estos resultados respaldan el desarrollo; además, gestionamos que la vacuna sea evaluada por colaboradores en Asia en primates, que representan mejor la respuesta inmune humana”, agregó.
El financiamiento para estos prototipos proviene de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), y del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (Copocyt), lo que ha permitido adquirir equipamiento y fortalecer la experiencia en este tipo de desarrollos. Para 2026 se contempla la evaluación en primates y concluir la siguiente etapa en colaboración con la industria farmacéutica, añadió.
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