Cada año se conmemora el Día Mundial del Riñón en el segundo jueves de marzo, fecha para hacer conciencia sobre la importancia de este órgano y sus funciones, con el objetivo de prevenir las enfermedades renales que afectan a la población.
Los riñones son los encargados de filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre, que luego son excretados en la orina. Pero cuando estos pierden la capacidad de filtración, pueden acumularse niveles nocivos de deshechos y provocar un desequilibrio en la composición química de la sangre. La insuficiencia renal requiere de un tratamiento intensivo y puede llegar a ser fatal.
Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer Enfermedad Renal Crónica son: la diabetes, la presión arterial alta, las enfermedades del corazón, el tabaquismo y la obesidad. Dependiendo de la causa, algunos tipos de enfermedad de los riñones pueden ser tratados. La Enfermedad Renal Crónica no tiene cura, pero en general, el tratamiento consiste en medidas para ayudar a controlar los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar la progresión de la enfermedad.
En las etapas tempranas de la Enfermedad Renal Crónica se pueden tener pocas señales o pocos síntomas. La Enfermedad Renal Crónica puede no manifestarse hasta que la función renal se vea significativamente afectada. Las señales y síntomas de la Enfermedad Renal Crónica se manifiestan con el paso del tiempo mientras el daño renal avanza lentamente. Algunos signos o síntomas de una enfermedad renal pueden ser los siguientes:
El tratamiento de una Enfermedad Renal Crónica se centra en retrasar el avance del daño, pero si no se atiende oportunamente la Enfermedad Renal Crónica puede continuar avanzando hasta convertirse en una insuficiencia renal terminal, la cual es mortal si no se realizan filtraciones artificiales (diálisis) o un trasplante renal.
Para prevenir las enfermedades renales es importante:
Ejercitarse con regularidad
Reducir el nivel de azúcar y sal en los alimentos
Controlar la presión arterial
Comer sano y mantener un peso saludable
No fumar, ni consumir alcohol
No automedicarse
Tomar suficiente agua todos los días
Si padeces enfermedades o afecciones que aumenten el riesgo de una enfermedad renal o presentas alguno de los síntomas, acércate a tu Centro de Salud más cercano para recibir una evaluación médica y si es el caso, que se te pueda brindar un tratamiento oportuno.