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Cómo hacer abono organico para tener plantas fuertes y nutridas

Conozcamos un poco más sobre lo bien que hace agregar abono orgánico a nuestras plantas, pues bien el abono con materia orgánica tiene la capacidad de añadir más nutrientes al suelo, incrementando su fertilidad y viabilidad. Una forma barata de fabricar abono es utilizando los desechos orgánicos que generamos diariamente en nuestro hogar. De esta forma, conseguiremos un triple beneficio, reduciendo la utilización de fertilizantes sintéticos sobre el suelo, menor gasto en abonos y aprovechamiento de los residuos del hogar (menor cantidad de basura generada).

Hay muchas formas de hacer abono orgánico para fertilizar las plantas del jardín. A pesar de que estos productos se pueden adquirir en múltiples lugares comerciales, hay ingredientes 100% naturales que aportan un “plus” de nutrientes para el suelo.

Por qué usar abonos orgánicos en vez de sintéticos

Son muchas las ventajas de usar abonos y fertilizantes orgánicos y más si son hechos en casa, pues lo natural siempre es más saludable y, además, estaremos reaprovechando desechos. También hay que tener en cuenta que son diversas las desventajas de los fertilizantes sintéticos, y estas son algunas de ellas:

Contribuyen al cambio climático.

Pueden ocasionar contaminación en aguas, suelos y ríos, como consecuencia del efecto lavado de las lluvias.

Afectan a las plantas y nutrientes por exceso de minerales: los fertilizantes sintéticos por lo general están muy concentrados y cuando se usan en exceso pueden empeorar la calidad del suelo, en vez de mejorarla.

Contribuyen a la acidificación de los suelos, favoreciendo la desertización.

Pueden causar intoxicación cuando se manipulan sin la adecuada protección.

Abono  orgánico de cascara de plátano.

La cáscara de plátano es uno de los mejores ingredientes para hacer abono orgánico debido a su contenido de potasio. Este mineral esencial es uno de los nutrientes más importantes para las plantas después del nitrógeno. Interviene en la fotosíntesis y la formación de tejidos resistentes.

Además, ayuda a revitalizar las plantas cuando disminuyen su floración o adquieren un aspecto opaco. Lo mejor es que se pueden usar en su estado natural o, bien, preparadas en té.

Instrucciones:

Corta las cáscaras de plátano en varias tiras y ponlas a hervir en una olla con agua durante 15 minutos.

Pasado este tiempo, apaga el fuego y espera que repose.

Por último, rocía el abono por los alrededores de la planta. Si deseas, le puedes dejar las cáscaras.

El ácido acético que contiene el vinagre de manzana puede ayudar a fertilizar las plantas que crecen en suelos ácidos. La absorción de sus nutrientes ayuda a mantener en buen estado la planta y evita que sus hojas adquieran un aspecto quemado.

Instrucciones:

Agrega 1 cucharada de vinagre de manzana en el agua de regar las plantas y úsalo como de costumbre.

Repite su aplicación por lo menos 1 vez al mes.

Abono orgánico con cáscaras de huevo

A la hora de hacer un abono orgánico con cáscaras de huevo se suelen emplear otros ingredientes naturales. Sin embargo, también se pueden usar por sí solas, ya que contienen altas dosis de calcio y evitan la podredumbre apical en plantas como tomate, pimiento y berenjena.

Instrucciones:

Tritura varias cáscaras de huevo e introdúcelas en el fondo de tus plantaciones.

De modo opcional, pon a secar las cáscaras y conviértelas en polvo fino usando un moledor.

Luego, aplica el polvillo en los alrededores de la planta.

Hacer un abono orgánico con cenizas de madera puede favorecer la maduración de las flores y frutos de varias plantas. Este elemento natural contiene altas dosis de potasio y fósforo, ambos necesarios para el enriquecimiento del suelo.

Por otro lado, contiene sustancias que repelen las hormigas y otros tipos de plagas. No obstante, se debe evitar para especies de tierra ácida, ya que altera el pH del suelo.

Instrucciones:

Toma una buena cantidad de cenizas de madera y dilúyelas en agua.

A continuación, riega el líquido sobre las plantas deseadas.

Si lo prefieres, esparce una capa fina de cenizas a 2 o 3 cm de distancia del tallo.

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