El hígado graso como su nombre lo indica significa exceso de grasa en las células hepáticas. Regularmente este padecimiento no tiene sintomatología evidente o al momento que comienzas a padecerlo, pero cuando lo padeces puedes sentir: fatiga, dolor o molestias en la parte superior derecha del abdomen.
Es más probable que una persona desarrolle enfermedad del hígado graso no alcohólico si tiene las siguientes afecciones de salud:
Sobrepeso u obesidad
Resistencia a la insulina o diabetes tipo 2
Concentraciones anormales de grasas en la sangre, que podrían incluir:
Concentraciones altas de triglicéridos
Concentraciones anormales de colesterol: colesterol total alto, colesterol LDL alto o colesterol HDL bajo.
Síndrome metabólico o uno o más rasgos del síndrome metabólico. El síndrome metabólico es un grupo de rasgos y afecciones médicas relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. Los médicos definen el síndrome metabólico como la presencia de tres de las siguientes características:
Cintura ancha
Concentraciones altas de triglicéridos en la sangre
Concentraciones bajas de colesterol HDL en la sangre
Presión arterial alta
Concentraciones de glucosa en la sangre más altas de lo normal o un diagnóstico de diabetes tipo 2
Presentar más de estas afecciones de salud aumenta la probabilidad de desarrollar esteatohepatitis no alcohólica.
Para poder detectar esta enfermedad solo es posible con exámenes y diagnóstico médico adecuados, si dejas pasar el tiempo y no tratas la enfermedad esto puede derivar a no tratarla puede derivar en las siguientes complicaciones: acumulación de líquido en el abdomen, hinchazón de las venas del estómago, confusión, somnolencia y dificultad en el habla, cáncer de hígado e insuficiencia hepática terminal.
Bebidas que puedes tomar por las mañanas y que te ayudaran a evitar y a corregir en la medida de lo posible este padecimiento.
Zumo de betabel. Es rico en fibra dietética, minerales y antioxidantes. Ingredientes: 2 betabeles y dos tazas de agua. Preparación: pelar el betabel y cortar en trozos, después licua con el agua y bebe una o dos mañanas a la semana.
Bebida. Licuado de rábano. Es un poco fuerte, pero está lleno de fibra natural y compuestos antiinflamatorios. Ingredientes: 2 rábanos y 1 vaso de agua. Preparación: pelar y desinfectar los rábanos, muele con el agua. Bebe una vez a la semana.
3. Jugo de manzana y canela. Ingredientes: 2 manzanas rojas, 1 ramita de canela y agua. Procedimiento: Quita las semillas y corazón de las manzanas. En una olla pon a hervir el agua y agrega la canela, deja por 10 minutos. Pasado ese tiempo quita del fuego, deja enfriar y con esta agua muele las manzanas.
4. Agua de fresas, sandía y romero. Ingredientes: sandía al gusto, 1 ramita de romero, 1 taza de fresas y agua. Procedimiento: lava, corta y desinfecta la fruta y la ramita de romero. En la licuadora muele la fruta y el agua, por último agrega la rama de romero.
5. Té de hojas de boldo. Reduce la acumulación de triglicéridos y ácidos grasos. Ingredientes: 1 cucharada de hojas de boldo y taza de agua. Preparación: hierve en una olla el agua y las hojas por unos cinco minutos y retira del fuego.
6. Agua de berros. Ingredientes: ½ taza de berros, 2 pepinos grandes, agua, semilla de chía. Procedimiento: pon a hervir los berros por unos minutos, con esa agua muele el pepino. Te debe quedar una mezcla homogénea.