La utilización diaria de lentes de vista puede dar la impresión de ralentizar la progresión de los problemas de visión al no exigir demasiado a los ojos para enfocar. Sin embargo, hay casos en los que el uso prolongado de lentes puede aumentar la graduación, a pesar de usarlos durante todo el día.
Generalmente, los lentes para la vista se utilizan para corregir errores de refracción, los problemas visuales más comunes, que pueden incluir miopía (dificultad para ver objetos lejanos), hipermetropía (dificultad para enfocar objetos cercanos) y astigmatismo (visión borrosa tanto de cerca como de lejos). Estos problemas pueden manifestarse con síntomas como visión borrosa, fatiga visual, visión doble, entre otros.
El envejecimiento y factores de salud pueden influir en los cambios en la graduación de los lentes. Por ejemplo, problemas como la diabetes pueden provocar fluctuaciones en la graduación de las gafas debido a las alteraciones en los niveles de azúcar en sangre. La diabetes también puede aumentar el riesgo de desarrollar complicaciones oculares como glaucoma, cataratas o retinopatía diabética.
La presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos en la retina, afectando la visión y provocando cambios en la graduación de los lentes. Las lesiones oculares que alteran la forma de la córnea o el cristalino también pueden afectar la graduación.
Durante el embarazo, las fluctuaciones hormonales pueden influir en la visión temporalmente, cambiando la forma de la córnea o el grosor del cristalino.
Algunos medicamentos, como ciertos corticosteroides, pueden afectar la salud ocular y la graduación de los lentes, generando efectos secundarios como cataratas o aumento de la presión intraocular.
Para evitar que la graduación de los lentes aumente, es fundamental:
Realizar exámenes de la vista con regularidad para detectar cambios significativos antes de que se vuelvan problemáticos. Seguir las prescripciones de los lentes recomendadas por el oftalmólogo. Descansar los ojos periódicamente, especialmente cuando se utilizan dispositivos electrónicos, aplicando la regla «20-20-20». Usar gafas de sol con protección UV para reducir la exposición a la radiación ultravioleta. Siguiendo estas recomendaciones, se puede contribuir a mantener la estabilidad visual y prevenir el aumento innecesario de la graduación de los lentes.