Para muchos niños y niñas de Latinoamérica, ver noticias era cosa de adultos… hasta que, en marzo de 2003, llegaron Tulio Triviño, Juan Carlos Bodoque y todo un elenco de personajes absurdos y entrañables para demostrar que la información también podía estar llena de humor, música y diversión.
«31 Minutos», creado en Chile, revolucionó la forma de acercar a la infancia a la realidad y al mundo del periodismo, usando marionetas, noticias absurdas y reportajes irreverentes. El icónico noticiero, que comenzó como una parodia, terminó convirtiéndose en una verdadera escuela de humor crítico y creatividad para toda una generación.
Además de sus reportajes e historias disparatadas, el programa dejó un legado musical inolvidable, con canciones que hasta hoy generan nostalgia y siguen sonando en fiestas, karaokes y reuniones de fans. Aquí un repaso por cinco canciones icónicas:
- Bailan sin cesar: César no será el mejor bailarín, pero nadie tiene prohibido moverse al ritmo que quiera. Con esta pegajosa melodía que alcanzó el sexto lugar del Ranking Top, muchos recordaron que siempre hay espacio para reírse de uno mismo.
- Mi Muñeca Me Habló: Flor Bovina conquistó a todos con esta canción que da vida a la fantasía de tener juguetes parlantes y amigos imaginarios. Inspirada en la expresión chilena “peinar la muñeca”, la canción alimentó la imaginación de miles.
- Tangananicá Tangananá: Los Hermanos Guarennes preparan una receta y discuten cuál es la mejor palabra. Este debate sin sentido se volvió eterno en los patios de recreo: ¿eres de Tangananicá o de Tangananá?
- Yo Opino: Joe Pino y The Maniacodepresivos crearon un himno adelantado a su tiempo. Una crítica social que hoy parece describir el mundo de las redes sociales, donde todas las opiniones encuentran un micrófono.
- Son Pololos: La Corchetis relató la ternura del primer noviazgo con Norbeto y Raquel, dos compañeros de curso que se niegan a aceptar su romance hasta que todos sus amigos lo confirman. Una canción que muchos siguen cantando con cariño.
A más de 20 años de su estreno, 31 Minutos sigue vivo en la memoria de quienes crecieron con sus noticias, personajes y letras inolvidables. Un clásico que demostró que la creatividad y la sátira también pueden educar, entretener y perdurar.