En la calle Juárez 1408, entre Régules y 5 de Febrero, se esconde una joya culinaria que ha resistido el paso del tiempo. Desde 1954, Carnitas Don Teódulo es una herencia familiar que ha deleitado el paladar de los matehualenses por más de 70 años. Al frente de esta tradición se encuentra Saúl Martínez Calderón, un joven de 18 años que, desde pequeño, aprendió la calidad y el sabor a través de su abuelo, el fundador. Saúl ha dedicado los últimos 18 años de su vida a perfeccionar el arte de las carnitas.
Antes de tomar las riendas del negocio, Saúl combinaba la venta de cerveza con la de carnitas, pero en menor cantidad. Sin embargo, impulsado por el apoyo de sus seres queridos, decidió apostar todo por el legado de su abuelo, una decisión que hoy agradece a quienes lo animaron. La clave del éxito de Carnitas Don Teódulo radica en la incansable búsqueda de la excelencia. Saúl es detallado al elegir únicamente cerdos de la mejor calidad, criados en condiciones óptimas para garantizar un sabor inigualable. Esta dedicación ha creado una base de clientes leales que se extiende por varias generaciones, quienes han adoptado la compra de estas carnitas como una tradición familiar.
Pero el sabor de Don Teódulo no se limita a sus famosas carnitas. Para aquellos que buscan variedad, el negocio también ofrece otros platillos para eventos sociales, todos cocinados a la leña para darles un toque especial. Además, los lunes, a partir de las 9 de la mañana, los clientes pueden disfrutar del reconfortante caldo de espinazo, un manjar que Saúl ofrece para comenzar la semana. El local de Carnitas Don Teódulo es un reflejo del esfuerzo y la pasión de una familia que ha sabido mantener viva una de las tradiciones gastronómicas más queridas de Matehuala. Es un legado de sabor y dedicación que Saúl Martínez Calderón se enorgullece de continuar.