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Color y solemnidad marcan el Día de Muertos en SLP

En el Altiplano, las actividades se caracterizan por un tono más sobrio y espiritual

El Día de Muertos en San Luis Potosí se consolida como una tradición que reúne a las familias en torno a la memoria de quienes han fallecido, entre ofrendas, flores y rituales que fomentan la unidad y dejan de lado las diferencias. Esta conmemoración se refleja en todas las regiones, desde el Xantolo huasteco hasta los altares del Altiplano.

A nivel nacional, la festividad adquiere distintas expresiones, presentes en los tapetes del Bajío y las velaciones de Pátzcuaro y Mixquic, que buscan honrar a los difuntos con respeto, color y alegría. Cada región aporta elementos culturales propios que fortalecen esta celebración reconocida como Patrimonio de la Humanidad.

En la entidad potosina, aunque el Xantolo es considerado el ritual indígena más representativo, otras zonas también preservan y reinventan manifestaciones artísticas y comunitarias. Estas expresiones permiten mantener viva la relación simbólica entre los vivos y quienes partieron.

En el Altiplano, las actividades se caracterizan por un tono más sobrio y espiritual. Matehuala organiza misas y altares en templos; en Real de Catorce, velas iluminan las calles rumbo al panteón, y en municipios como Cedral y Vanegas se trazan caminos de pétalos desde los hogares hacia las tumbas, tradición que simboliza el regreso temporal de los fieles difuntos.