A pesar de su fama alimentada por las películas de King Kong, la existencia de un simio gigante de tres metros de altura, el Gigantopithecus blacki, fue una realidad en las selvas de Asia hace más de 200 mil años. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature revela que su desaparición se debió a su incapacidad para adaptarse a cambios ambientales.
Este primate, con un peso que oscilaba entre 200 y 300 kilogramos, ha sido considerado el simio más grande de todos los tiempos. Su existencia era un enigma desde que se descubrieron los primeros fósiles en la década de 1930, cuando un paleontólogo alemán encontró un peculiar «diente de dragón» en una farmacia en Hong Kong.

A pesar de su fama alimentada por las películas de King Kong, la existencia de un simio gigante de tres metros de altura, el Gigantopithecus blacki, fue una realidad en las selvas de Asia hace más de 200 mil años. Sin embargo, un reciente estudio publicado en Nature revela que su desaparición se debió a su incapacidad para adaptarse a cambios ambientales.
Este primate, con un peso que oscilaba entre 200 y 300 kilogramos, ha sido considerado el simio más grande de todos los tiempos. Su existencia era un enigma desde que se descubrieron los primeros fósiles en la década de 1930, cuando un paleontólogo alemán encontró un peculiar «diente de dragón» en una farmacia en Hong Kong.