¿Sabías que en la Ciudad de México existe un Monumento al Perro Callejero? Esta estatua, a pesar de representar a tantos compañeros de cuatro patas que deambulan solos por las calles, ha sido olvidada por muchos de los habitantes de la capital del país.
Situado en la parte sur de la Avenida de los Insurgentes, en la esquina de la calle de Moneda, se encuentra un montículo de piedra que sirve de base a una figura metálica que representa una imagen desgarradora: la de un perro desnutrido, solitario y deprimido que camina sin rumbo.
El Monumento al Perro Callejero de la CDMX fue impulsado por Paty Ruiz, fundadora del santuario Milagros Caninos, en colaboración con las autoridades de la alcaldía Tlalpan y la escultora Girasol Botello, egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP). Su objetivo era rendir homenaje a las mascotas en situación de abandono que tantas veces pasan desapercibidas.
Según el sitio web oficial de la asociación protectora de animales, la figura ha estado en pie en el sur de la capital mexicana durante 15 años y está inspirada en uno de los residentes del santuario Milagros Caninos. Este peludo, conocido como Peluso, fue un anciano que habitaba en la fundación y que, lamentablemente, falleció cuatro días antes de la inauguración de su estatua en Insurgentes Sur.
En un acto de amor y respeto, un mes después de la colocación del Monumento al Perro Callejero, se instaló una réplica exacta en las instalaciones del santuario. Además, el cuerpo de Peluso fue incinerado y colocado en el interior de la estructura que sostiene la figura, perpetuando así su memoria y su legado de bondad.