San Francisco ha sido siempre una figura de inmensa importancia para la Iglesia, y lo sigue siendo hoy. Tan es así que el Papa Francisco decidió tomar su nombre al asumir el pontificado, y con ello honrar su memoria.
San Francisco nació en Italia en 1182, su padre era un rico comerciante y, como mandaba la costumbre, debía ser él el destinado a asumir el negocio familiar.
Francisco solía llevar algo de comida y abrigo, hasta que un día agotados sus recursos decidió regalar sus propios vestidos y su dinero.
Francisco sigue presente en muchos detalles y costumbres que evocan sencillez y, a la vez, grandeza: a él se le atribuye haber iniciado la tradición de armar el «el pesebre» o «nacimiento» en el hogar, durante los días del tiempo de Navidad.
San Francisco falleció el 3 de octubre de 1226 con 44 años de edad.