Conciliar el sueño puede ser un desafío para muchas personas, y el insomnio afecta a un 14% de los adultos, según la Sociedad Española del Sueño. La falta de descanso no solo provoca irritabilidad y fatiga, sino que también está relacionada con problemas de salud graves como diabetes, enfermedades cardiovasculares y depresión. Ante esta realidad, cada vez más personas buscan soluciones en la dieta, incorporando alimentos que podrían mejorar la calidad del sueño.
La clave para dormir bien está en la melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño. Según la investigadora María Fernanda Zerón, profesora de la Universidad de Barcelona, los alimentos ricos en melatonina, triptófano y serotonina pueden ayudar a que nuestro cuerpo produzca esta hormona esencial. Entre los alimentos que destacan por su contenido en estos compuestos se encuentran los huevos, tomates, carne magra como el pollo y el pavo, pescado azul como el salmón y las sardinas, legumbres, lácteos, tofu, frutos secos y cerezas. También son recomendables la leche, plátanos, patatas, cereales integrales y verduras de hoja verde, ingredientes comunes en la dieta mediterránea.
Sin embargo, Zerón advierte que no se debe depender de un solo alimento o estrategia. En su lugar, recomienda adoptar un patrón dietético saludable y mantener buenos hábitos como la higiene del sueño, la exposición a la luz solar y la actividad física regular. Estos factores forman un círculo virtuoso en el que una buena dieta y un sueño de calidad se refuerzan mutuamente.
Por otro lado, algunos alimentos y bebidas pueden dificultar el sueño. El café y el té son conocidos por su efecto estimulante, pero el alcohol también puede afectar negativamente la calidad del sueño, especialmente en la segunda mitad de la noche. Además, se debe evitar consumir cenas ricas en grasas, picantes, ácidas o azucaradas, así como chocolate o cacao, para no interferir con el descanso nocturno.
En resumen, una dieta equilibrada, combinada con buenos hábitos de vida, es esencial para mejorar la calidad del sueño y, en consecuencia, la salud general.