Todos alguna vez hemos experimentado esa sensación paralizante que causa el miedo, y es que es incluso una herramienta que nos ha ayudado a sobrevivir y evolucionar como especie, pero entonces, ¿es bueno o malo?, ¿En qué momento se convierte en un obstáculo y cómo superarlo? Aprendamos que es el miedo, para qué nos sirve y cómo gestionarlo de manera adecuada para que no nos traiga secuelas a largo plazo.
El miedo es una de las emociones básicas, primaria y universal del hombre, nace en nuestro cerebro, exactamente en la amígdala y nos genera una reacción de alarma en el organismo. Es un mecanismo para adaptarnos al entorno y sus peligros, este surge cuando se detecta una amenaza, cualquier cosa que atente contra nuestra integridad física, emocional, social y psicológica se activará como una amenaza haciendo que nos retiremos, ya que es algo que no estamos preparados para afrontar.
Es una emoción reguladora, te has preguntado ¿qué pasaría si no lo experimentáramos? Iríamos por la vida sin cuidado y siendo unos temerarios, poniendo en riesgo nuestra vida a cada momento, por eso es tan importante, ya que regula nuestra conducta, previendo posibles amenazas o peligros, de alguna manera nos cuida.
Entonces ¿Cuándo puede convertirse en un problema? Cuando la situación que nos genera miedo no es un peligro real, cuando la consecuencia de sentirlo es aún peor para nosotros que lo que ocurriría si no lo sintiéramos es cuando debemos saber que estamos experimentando miedo disfuncional.
El miedo disfuncional es aquel que entorpece nuestra vida y desempeño normal, este no es adaptativo ni funcional para nosotros, cuando no se debe solamente a un peligro real, sino a una combinación de experiencias y creencias, es probable que este no nos esté ayudando a evitar algún peligro.
En cambio, el miedo funcional se activa ante un peligro real y nos ayuda a sobrevivir y evolucionar, por eso, este es adaptativo, porque permite adaptar nuestra conducta en las situaciones a nuestro beneficio, es útil ya que nos hace estar alertas en situaciones que conllevan algún riesgo.
Y se estarán preguntando, ¿cómo dejar de sentir miedo disfuncional? Es importante aclarar que no podemos dejar de sentir, como ya lo vimos, es necesario, pero existen algunas consideraciones que podemos tener a la hora de enfrentar y superar nuestros miedos.
La reestructuración de esta sensación. Es importante despojarnos de aquellas creencias irracionales para que estas no se vuelvan un filtro entre lo que nos ocasiona miedo, debido a que hay un peligro real, y cuando no hay alguna amenaza para nosotros, esto se consigue prestándole atención a los pensamientos automáticos y reemplazándolos por pensamientos más adaptativos.
Otra buena técnica es el afrontamiento, cuando existen situaciones que nos provocan miedo y salimos corriendo de ahí, sentimos un alivio y desestres que refuerzan el miedo hacia dicha situación, por eso es importante identificar el miedo disfuncional, ya que de no ser así se pueden crear fobias.
La terapia Cognitivo conductal ofrece algunas otras técnicas guiadas y supervisadas por un profesional, en donde a través de sesiones terapéuticas podrás trabajar el miedo, diferenciarlo del disfuncional y encontrar maneras más saludables de gestionar y aliviarlo.
Estefanía López Paulín
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