A mediados del siglo XX, una explosión sonora cambió para siempre el panorama musical. El rock nació como una fusión de ritmos, combinando el blues, el country y el rhythm and blues, dando vida a un género rebelde y lleno de energía que conquistó al mundo.
Sus raíces se remontan a los años 50, cuando artistas como Chuck Berry y Little Richard llevaron el ritmo y la actitud del blues a un terreno más acelerado y festivo. Pero fue Elvis Presley, con su voz carismática y movimientos provocativos, quien se convirtió en el ícono de esta nueva era, ganándose el título de Rey del Rock and Roll.
En la década de 1960, el género evolucionó con bandas como The Beatles y The Rolling Stones, que expandieron sus horizontes. Los británicos le dieron un toque más melódico y experimental, mientras que los estadounidenses como Jimi Hendrix y The Doors incorporaron psicodelia y distorsiones innovadoras.
Los años 70 vieron el surgimiento del rock clásico con grupos como Led Zeppelin, Pink Floyd y Queen, que mezclaron potencia, complejidad técnica y espectáculo. Paralelamente, el punk rock irrumpió con bandas como The Ramones y Sex Pistols, rechazando el exceso y apostando por crudeza y simplicidad.
En las décadas siguientes, el rock siguió mutando, dando paso al heavy metal con Black Sabbath y Metallica, al rock alternativo con Nirvana y Radiohead, y a fusiones con otros géneros. Aunque su influencia ha variado con el tiempo, su esencia sigue viva, recordando que el rock no es solo música, sino una actitud que desafía lo establecido.
Más de medio siglo después de su surgimiento, el rock sigue inspirando a nuevas generaciones, demostrando que su poder revolucionario nunca se apagará.